Cualquier máscara de pestañas que tengas con más de seis meses (incluso tres) se considera caducada, aunque siga "pintando". Si prolongas la vida de tu rímel más allá de lo recomendado corres el riesgo de sufrir infecciones oculares. Además, por descontado, irá dejando cada vez más grumos y habrá perdido efectividad.