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Elio Berhanyer repasó cincuenta años de moda española

Su conferencia de anoche fue prologada por la modista sevillana Lina

GOGO LOBATO

VICTORIA BIOQUE

El modisto cordobés Elio Berhanyer pronunció ayer, en el Club Antares, la conferencia «50 años de moda española», prologado por Lina. La sevillana destacó «el arte y el saber hacer de uno de los número uno». Lina hizo un discurso breve, modesto y sin papeles «porque prefiero hablar con el corazón», dijo. Tras ella, y vestido de riguroso negro y con la Medalla de Andalucía al cuello —recibió tal distinción en 2009—, el modista cordobés subió al estrado. Comenzó recordando sus inicios en la capital hispalense de la mano de los hermanos Cuevas. Recordó como, siendo aún muy joven, trabajó para ABC Sevilla: «Hice un dibujo a plumilla para un anuncio de camiones». De ahí dio el salto al periodismo de moda: «Una revista me pidió hacer crónicas de lo que sucedía en París y Londres, pero no viajaba, me lo inventaba todo desde Sevilla». Precisamente a la capital le dedicó unas emotivas palabras: «Amo a esta ciudad. En ella he conocido el hambre y la miseria pero también el cariño».

Dedicatoria a Sevilla Un Elio emocionado se despidió del foro dando las gracias a la ciudad «que vio mis primeros diseños»

Berhanyer habló de su traslado a Madrid, de su etapa como diseñador de vestuario teatral y de cómo en 1960 presentó su primera colección compuesta de veinte trajes: «Siempre quise ser arquitecto por lo que busqué inspiración en Le Corbusier. Aún no entiendo por qué tuvo tanto éxito porque era ropa muy dura», recordó. También hubo tiempo para las anécdotas, como cuando Balenciaga quiso conocerlo: «Se fijó en mí gracias a un diseño que hice en pata de gallo y manga al bies. Quiso conocerme y para ello, tuvo que venir a buscarme al cine. Después, me llevó a París para que, según me dijo, aprendiera a hacer ojales», bromeó. Después Berhanyer se refirió a la cátedra que ostenta en la Universidad de Córdoba así como las experiencias vividas en Japón, Nueva York o Múnich.

Un Elio emocionado se despidió del foro dando las gracias a la ciudad «que vio mis primeros diseños en la calle Barcelona» y recordando a su padre: «Nunca he perdido la fe y desde que me quedé huérfano mi intención ha sido ser lo que mi padre no fue. Una vez me dijo: «Cuando yo te hice te puse de nombre sol para que te ilumines con tu propio resplandor».

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