El Traga se renueva por dentro y por fuera

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El Traga ha aprovechado los meses de verano para acometer una intensa reforma en el establecimiento que ha acompañado de una nueva carta. El resultado es un nuevo Traga por dentro y por fuera, aunque su esencia permanece intacta, como cuenta su propietario, Jesús Rosendo.

Entre las novedades se encuentran la amplitud del espacio, que ahora tiene tres veces más capacidad que antes y una zona de reservado, y en cuanto a la cocina, ahora dispone de una brasa para preparar mariscos y carne y ha incluido nuevas recetas.

Foto: Raúl Doblado

Jesús Rosendo abrió hace año y medio un restaurante en plena calle Águilas rescatando el nombre de la clásica taberna de su tío, Vicente “El Traga”, a la que actuaban desde Lola Flores hasta Camarón.

Su concepto de la cocina poco tenía que ver con aquella tasca donde se servía vino y algún que otro picoteo rápido, puesto que él apostó por cocina moderna con toques de autor sin perder de vista a la tradición.

De estreno

En la reforma que acaba de acometer ha dado una nueva vida a su céntrico restaurante, que ahora tiene capacidad para 30 mesas en lugar de para 10 y que puede llegar a acoger a 100 comensales. Instalaciones nuevas que incluyen una cámara para almacenar productos frescos, cocina completamente nueva y un horno a la brasa con el que hará las delicias de su público son algunas de las novedades de esta nueva etapa de El Traga.

En cuanto a la decoración, ha apostado por un suelo porcelánico y por predominio de madera en diversos tonos. Lo más llamativo sin duda es la gran cava de tres metros que va hacia la calle y llega hasta la fachada. Es estilo es moderno y sobrio y en el mobiliario destacan las mesas de mármol oscuro y patas de cobre y un sofá chester donde relajarse en la sobremesa. Tiene jardines verticales en el techo, del que cuelgan plantas en tonos verdes y rojos.

La cocina está a la vista del público separada por una doble cristalera, algo que da confianza al comensal de hoy día, como asegura Jesús Rosendo. Otra de las novedades es la zona privada acristalada con que cuenta el salón.

Foto: Raúl Doblaco

La carta

En cuanto al apartado gastronómico, la carta ha sido prácticamente rediseñada, con una variedad de recetas que se pueden tomar en plato o en tapa y entre las que destacan algunas como la ensaladilla de ventresca con muselina de pimientos del piquillo, el aguachile verde con vieiras asadas y aguacate, la tempura de cigalas con cebolleta negra y mayonesa de su coral o las carnes a la brasa, de las que trabajan varios tipos de corte.

De sus platos de siempre permanecen el salmón ahumado al momento con tallarines de verdura, que era de lo más espectacular de su cocina, o los postres. Destacan los fuera de carta, donde tienen protagonismo los pescados de roca y los mariscos, ambos a la brasa.

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