De la calle San Jacinto dicen los que saben que era la antigua vía de comunicación entre Sevilla y el Aljarafe, pero de aquello hace ya muchos años. El tiempo pasó por las calles de Triana y el
Bar Oliva abrió las puertas, aquel bar que era nuevo, y que dentro de poco será centenario.
Paredes que nacen de color verde oliva y que mueren en el suelo con una falda de azulejos. El bar es la barra, y el rincón se viste improvisadamente para dar un pequeño saloncito en el que sentarse y probar unas tapas de siempre con acento trianero.