La Viña dejó hace mucho tiempo de ser aquella bodega que se fundó en 1987. Ahora no es el vino lo que su clientela busca, sino una Cruzcampo bien tirada, a ser posible acompañada de los clásicos altramuces; de esas cervezas para tomar tranquilo en la barra, sin necesidad de sentarse. Algo de conservas como melva o mejillones también pueden acompañar la bebida, pero lo que se lleva la palma en la buena época son los caracoles.