Al frente de Plato Plató dos jóvenes chefs unen sus estilos totalmente diferentes para dar lugar a una sola carta verdaderamente variopinta. La elaboración es transparente, no sólo por su cocina a la vista sino también porque graban cada una de las recetas para colgarlas en Internet. Al fin y al cabo, el local merece convertirse en plató. Los salones presentan una decoración moderna y esmerada -ese sofá chester o el arte urbano en la pared-, contrastando con el barrio tradicional en el que se enclava.
En la cocina de Plato Plató tiran de productos de temporada para elaborar una carta en la que la cocina japonesa tiene un lugar destacado. Llevan tres años trabajando en los que cada día siguen descubriendo nuevas sorpresas tanto en sus platos como en su carta de vinos.
En sus fogones se combinan sabores de oriente y cocina mediterránea con ingredientes de ambas tierras. La tapa estrella: las alitas de pollo deshuesadas con mayonesa de ajo tostado.