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Noor RestaurantNoor: El historicismo gastronómico

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Una saga hostelera, un ambiente acogedor y familiar y los guisos de siempre (o de nunca) con la mejor base y escuela. Unos ingredientes cruciales.

«Se inspira en la comida palaciega andalusí, pero no busque la comida árabe al uso. Es alta gastronomía, actual, creativa y atrevida»

El movimiento historicista, desarrollado principalmente en el siglo XIX y principios del XX, concentraba todos sus esfuerzos en recuperar la arquitectura de tiempos pasados. Se trataba de imitar estilos arquitectónicos de otras épocas incorporándole algunas características culturales de actualidad. El término de arquitectura historicista se refiere, por tanto, a aquella tendencia que reproduce la representación de algún estilo artístico de tiempos pasados. Desde el punto de vista gastronómico, Noor, reconstruye, con técnicas y elementos culturales actuales, la comida palaciega andalusí.

No se trata de una recuperación de recetas sino la creación de un concepto, un mundo propio donde interactúa la comida, la decoración del espacio y la puesta en escena.

El lavado de manos inicial, en la penumbra del zaguán con la posterior eclosión de luz de la sala es una muestra, nada más llegar, de las intenciones del chef. Para algunos, la puesta en escena resultará efectista y exagerada pero con el paso de los meses y los ajustes de rigor a los primeros momentos, es parte fundamental de este conjunto mágico y culinario.

El cordobés Paco Morales, su creador, con un bagaje de reconocimiento profesional importante, nos ha traído a Córdoba una cocina de alta factura técnica y, sobre todo, deliciosa. Bocados exquisitos que hacen vibrar los centros cerebrales del gusto y las emociones. Opera con los productos existentes en la época histórica de referenciay desdeña, por lo tanto, los que vinieron del nuevo mundo, a partir del siglo XV. El comino, el orégano fresco, la naranja amarga, el agua de rosas, el cilantro, el azafrán, la nuez moscada bailan sutilmente en los diferentes platos; nada que ver con el atiborramiento de especias de los falsos imitadores. Berenjena abuñuelada, mirkas en perdiz en escabeche, karim de piñones o el cordero asado estilo Albarbar, por ejemplo, son algunos de los sabrosos bocaditos que revolotean en la mesa.

Los postres, como la furniyya de algarroba, que sustituye el chocolate para mantener la fidelidad histórica, están a la altura de lo anterior. La carta de vinos, curiosa y acertada, no desmerece del conjunto. El menú que se ofrece ensamblado con distintos vinos es muy atractivo y la singular selección que presentan no deja indiferente a los comensales: Finca las Caraballas 2015, Fino Capataz, Oloroso Asunción, Barbeito de Madeira, Pedro Ximenez 1927, entre otros.

La cocina de Noor se inspira, como hemos dicho, en la comida palaciega andalusí pero no vaya buscando la comida árabe al uso. Esto es alta gastronomía, actual, moderna, creativa y atrevida que se sustenta en una impecable ejecución y técnica.

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