Arrocería Casa Pepe SanchísCasa Pepe Sanchís

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La preparación del arroz ha estado asociada tradicionalmente, en nuestra ciudad, al «perol cordobés» que además de una manera de guisarlo en un día de campo, viene a ser un auténtico ritual costumbrista, de disfrute y relajación, entre familiares y amigos.

Fuera de este contexto, que alcanza su culmen el día de San Rafael, el arroz ha tenido poca cabida en las cartas de nuestros restaurantes. Ahora algunos bares, en días señalados, lo sirven como aperitivo y otros anuncian el arroz de bogavante, con gran prosopopeya y por encargo.

En general son experiencias gastronómicas bastante desacertadas de las que perfectamente se puede prescindir. No ocurre lo mismo con los arroces que se preparan en Casa Pepe Sanchís que antes que un restaurante es una estupenda arrocería. Una casa de comidas bulliciosa, casi siempre repleta, entre cuyas mesas circulan y revolotean los camareros a una velocidad endiablada, al borde del choque de trenes pero sirviendo con eficacia a sus parroquianos.

La carta es muy amplia, quizá excesiva, donde el protagonismo lo ocupa una treintena de distintas referencias de arroces: caldosos, melosos, secos, al horno…con todo tipo de ingredientes ya sean carnes, pescados, verduras o mariscos. A este lugar se viene a tomar arroz según sus preferencias y antes un pequeño picoteo para hacer tiempo. El surtido de croquetas (gambas, bacalao, setas) no resultan convincentes. Tampoco el paté de ave casero con salsa de frutos del bosque que llega demasiado frío y se desmorona al cortarlo. Pero, cuando las dudas comienzan a florecer, de pronto, aparece una paella de arroz negro con chipirones, gambas y verduras sobrecogedora. El arroz suelto, «al dente», en su punto; con el grosor mínimo exigible como para permitir un «socarrat» delicioso, que sirve de contrapunto al jugoso sabor del grano. No desmerece en nada, al anterior, el arroz caldoso con presa ibérica, sabroso y contundente. En los arroces el chef demuestra su oficio y maestría poniendo en entredicho a los que creen que este producto lo guisa cualquiera. A la postre, aunque se coma en exceso, la calidad de sus fondos permitirá una digestión apacible y sin sobresaltos.

Pidan una ensalada y arroz, todos los tipos que puedan compartir y aguante su apetito, pidan un buen Rioja, que lo tienen, y tendrán una comida memorable.

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