Fino Eléctrico Tres Fases: Un fino con la chispa renovada

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Volvemos a Aguilar de la Frontera, uno de mis pueblos fetiche, para catar un vino de alto voltaje. No es que nos vaya a dar un calambrazo ni nada por el estilo, se me relajen ustedes, que el vino esta bueno, solo es un guiño a la marca del vino, «Eléctrico».  La bodega se creó en 1922 sobre las instalaciones de la central eléctrica de Aguilar, lo que sirvió de inspiración para una saga de vinos y algún que otro packaging sorprendente con esta simpática marca.

Se presenta límpido, brillante, con color amarillo pajizo, muy bonito, de abundante lagrimeo.  Con él podemos aprender muy bien las dos etapas de la fase olfativa, ya que en «reposo», sin agitar la copa, es poco expresivo, sobre todo si lo catamos muy frío, percibiendo matices licorosos únicamente, y tras agitar la copa suavemente con giros de muñeca, vemos como incrementa la intensidad y aparecen ya los aromas propios de un fino de 5 años de crianza biológica (recuerdo que el mínimo legal son 2 años).

Destacan los frutos secos (almendra sin tostar) y la sensación muy punzante del acetaldehído producido por la levadura, algo de fruta madura de hueso de fondo, y a medida que sube la temperatura se aprecian aromas a levadura y herbáceos, muy frescos, aunque también el alcohol adquiere un protagonismo no tan deseado.

En boca es equilibrado, seco, correcto paso por boca, muy fresco. Una buena acidez neutraliza la persistencia del amargor que delata su larga permanencia en crianza biológica. No es demasiado persistente, sin defectos, y con matices de levadura y madera vieja por retronasal.

Es un vino fácilmente maridable con cocina asiática destacando el sushi, platos estrella en gastrobares como el ceviche o las clásicas tapas como la ensaladilla rusa. Lo recomiendo a baja temperatura, donde el alcohol no despunta tanto y la acidez mejora la boca.

Recientemente galardonada en Mundus Vini 2017 con premios importantes a dos de sus PX, Toro Albalá, a la vanguardia del marketing de la zona, lanza este vino de siempre con una imagen renovada por la diseñadora Marta Lojo. El vino de la bombilla busca llegar a un público Millennials, con un diseño vintage en el que siga vigente la marca Eléctrico «con la misma chispa». Es sin duda un vino «made in D. Antonio Sánchez», un grande donde los haya y a quien admiro.

Valoración:

Presentación: 8/10

Aroma: 5/10

Sabor/Armonía: 6/10

Donde comprarlo en Córdoba:

Vinoteca Gualdavinos (Avenida del Aeropuerto)

Bodegas Juan Pavon (C/Sagunto, 69)

PVP aproximado en tienda: ¿? € Tendremos que esperar, es una novedad, pero seguro que podremos disfrutarla a buen precio.

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