La Viuda, cocina renovada y servicio al pie del castillo

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La abuela de Ricardo González quedó viuda en 1930 y poco después abrió una pequeña taberna donde servía vino, anís y coñac.

Antonia Páez, que ya sería conocida como «La Viuda» durante toda su vida, comenzó a ofrecer tapas durante la feria del pueblo, aprovechando la buena ubicación del establecimiento, en la misma plaza del Ayuntamiento.

En 2015, 85 años más tarde, Ricardo González retomó el testigo de su abuela, primero, y su madre, después, y ya es la tercera generación al frente del negocio.

Un negocio que ha evolucionado y donde hoy día el comensal puede disfrutar de «una selección de platos tradicionales con un punto innovador», señala González, tanto en la zona de tapas como en el restaurante.

Su mujer, Chari Muñoz, dirige la cocina, de cuyos fogones salen «platos caseros pero con técnicas de la cocina actual, sin dejar de conservar ese aire tradicional».

En el amplio menú del restaurante destacan algunos platos sorprendentes y muy apetitosos como el risotto de boletus y parmesano, uno de los más demandados, croquetas de arroz negro con alioli y cebollino, o solomillo relleno de boletus, bacon y queso.

También se cuenta por decenas los incondicionales de sus croquetas, de bacalao y gambas o de pollo y jamón. Igualmente, disponen de opciones para personas vegetarianas o veganas, o bien adaptan los platos al momento de servirlos.

Capítulo a parte merecen los postres, también artesanos y elaborados en la casa, como el coulant de chocolate, todo un best-seller, o el famoso helado de mango, “siempre que el mango está en temporada”. No encontrarán los postres en la carta, pues cambian cada día en función de la materia prima disponible y de la inspiración de la cocinera.

Gracias a este afán innovador ya cuentan con varios premios en su haber. Su crujiente de gambones con salsa romesco y arroz negro fue una de las tapas favoritas del público del Córdoba Califato Gourmet 2016.

Desde hace unos meses, pueden presumir de servir “la cerveza más fría de Almodóvar” gracias a la cava de cerveza Cruzcampo que han instalado, que mantiene la bebida a -2ºC.

El ambiente de esta taberna es informal y agradable. A ello contribuye la música en directo los fines de semana, así como el servicio de Ricardo en sala, que convida a los comensales a un aperitivo mientras marcha la comida y presta especial atención a los más pequeños. «Aquí la gente viene a pasarlo bien».

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