Amontillado Convento 1952: En Champions League

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Sin prisas, buscando vinos viejos que adquirir, unirlos y dejarlos en crianza hasta que llegue su momento oportuno. Esta es una de las máximas de la Bodega Toro Albalá con la que ha conseguido tener un gran abanico de vinos extremadamente viejos y que le han valido para alcanzar las más altas puntuaciones del famoso crítico Parker y jugar en la Champions League, llevando a Montilla-Moriles (junto a otras dos bodegas) al Olimpo de los vinos. Hoy cataremos un vino procedente de una misma añada, sin criaderas ni soleras, con los mismos estadios de crianzas necesarios para llegar a un amontillado, es decir, crianza biológica (fino) y una larga y estática crianza oxidativa, con la peculiaridad de que se han ido rellenando unas botas con otras para reponer la pérdidas por merma del proceso evolutivo, hasta llegar a nuestros días.

Tras abrir su precioso packaging, que le aporta valor al conjunto, y servir una copa, se muestra limpio y brillante de un atractivo color ámbar de elevada capa, muy «cubierto». Abundante lagrimeo tras agitar la copa, son 22 los grados de alcohol, el máximo permitido para un vino (de momento). Enorme intensidad aromática destacando aromas de hoja de tabaco y piel de naranja, orejones y notas de madera vieja, noble, junto con una complejidad de matices de la oxidación, pero sutiles y no protagonistas, que reflejan su edad.

Tuve la fortuna de catarlo en primicia en una inolvidable cata que impartí junto a Juancho Asenjo hace dos años y de la que os cuento más detalles en mi blog. En aquel momento el vino me pareció espectacular, con una nariz potente y rotundo en boca, pero no estaba redondo del todo. Ahora, pasado este tiempo en que las 3400 botellas que fueron producidas han dejado al vino en un ambiente distinto, el vino se ha perfilado y de qué manera. Muy seco paso por boca, donde la concentración del paso del tiempo se aprecia en una tanicidad de los polifenoles de la madera en el paladar, equilibrada con la elevada acidez y salinidad que refrescan el conjunto. Aparece también el sabor umami en el centro de la lengua. Un vino de cuchillo, en el que la complejidad deja paso a una sapidez elegante final, dejando una boca eterna con matices a tostados y tabaco por retronasal interminables. Un vino placer sensorial que precisa de un plato intenso (carnes de caza, rabo de toro, setas, quesos azules, ahumados, tosta de sardinas, mojama, jamón…)

Valoración:

Presentación: 10

Aroma: 9

Sabor/armonía: 10

Dónde comprar en Córdoba…

Bodegas Juan Pavón (C/Sagunto, 69)

Precio en tienda: Consultar

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