Consejos para comer en la oficina de forma saludable

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La falta de tiempo y de imaginación convierten el almuerzo que muchos trabajadores se llevan para comer en la oficina en un tedioso y cansino menú falto de atractivo y lo que es peor, de nutrientes.

Hay vida más allá de la ensalada césar y los sandwiches y las recetas que proponemos a continuación son perfectamente compatibles con el universo tupper.

¿Qué hay que comer en la oficina?

Ensalada de quinoa con remolacha

Para Javier García Pereda, nutricionista de la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla, lo mejor es respetar el triángulo «verdura, proteínas e hidratos». Con esa base, asegura, las combinaciones son múltiples. «Da igual que la verdura sea fresca o congelada, que sea una ensalada, un tomate aliñado o un calabacín salteado, pero ésta debe ser una parte importante de la comida diaria».

Muchas de estas propuestas, como el aliño de pimientos o las berenjenas al horno, se pueden tomar incluso frías o llevarlas en un recipiente apto para microondas para calentarlas un poco. Eso sí, si se opta por una ensalada lo mejor será aliñarla en el momento junto de comer.

García Pereda recomienda guardar en el trabajo aliños diferentes para que las opciones de sabor se multipliquen cada día: mostaza, soja, aceite, vinagreta…

No nos olvidemos de las proteínas y los hidratos

Menestra de verduras y pescado

Otra parte fundamental del menú diario lo componen las proteínas, que pueden ser algo de pescado o carne a la plancha o guisado, unos huevos salteados o un par de latas de atún o alguna otra conserva. Como guarnición, la tercera parte de esta pirámide, los hidratos de carbono, que pueden ser arroz, pasta, patata cocida e incluso pan.

Hay quien prefiere optar por llevarse un solo plato y tiene muchas fórmulas para no dejarse atrás ninguno de estos nutrientes. Una ensalada con atún, huevo y pan tiene todo lo que necesitamos. Otro ejemplo es un salteado de calabacín con pollo caramelizado de soja y arroz basmati, otra completa receta para comer en la oficina.

Plato de pisto

García Pereda también apuesta por un poco de pisto, dos rodajas de merluza y una patata cocida, un plato completo y ligero que evitará sensación de pesadez durante la sobremesa. Y es que esa es otra de las cuestiones que hay que considerar, ya que si el trabajo implica estar sentado frente al ordenador no tiene mucho sentido tomar una gran cantidad de hidratos de carbono que el organismo no quemará y convertirá en grasas.

Igual ocurre con las bebidas azucaradas, incluso las cero y las light, que dañan la flora bacteriana. Lo mejor, agua, y el mejor postre, fruta del tiempo o yogur, este último mejor entero que desnatado, puesto que sacia más y tiene todas sus propiedades. «Los yogures sin grasas se digieren antes y provocan que se tenga hambre muy pronto, con lo que al llegar a casa podemos tener ganas de picar», advierte este experto.

Más recetas

Crema fría de calabacín

Otras de las apuestas con las que configurar un buen menú en la oficina son una crema fría de calabacín, que se puede tomar tanto fría como caliente; un bocadillo de atún, gambas, piquillos y tomates; unas croquetas de queso La Serena, sencillísimas de elaborar y tomar tanto calientes como frías; unas empanadillas de pescado y verduras.

El arroz es uno de los grandes aliados para quienes tengan que comer en la oficina, puesto que además de aportar hidratos de carbono al organismo puede prepararse de mil formas y combinarse con ingredientes igualmente saludables. En elarrocetario.com se pueden encontrar infinidad de recetas con este grano, una iniciativa de Brillante que propone recetas como arroz con berenjenas, ensalada de arroz y frutos secos, arroz con piña o arroz con magro y salchichas, entre otras muchas deliciosas y prácticas opciones.

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