Dulce Trazo abre nueva cafetería en Alfonso XII

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Cocina con sabor, salada y dulce. Esta es la carta de presentación que desde el escaparate del local hace de sí misma Dulce Trazo una cafetería obrador, ubicada en la Calle Alfonso XII, que acaba de abrir sus puertas. Repostería artesanal y recién hecha apta para cualquiera con intolerancias alimenticias. Cocinan sin gluten, sin huevo y sin leche -para los veganos-, sin frutos secos, y hasta sin azúcar.

En su carta ofrecen una amplia variedad de productos. En el desayuno, los panes hechos con masa madre toman protagonismo. También hay de soja, avena, centeno o multicereales. Aquí no hay dos tostadas iguales, no sólo se elige el tipo de pan, sino que es el cliente el que decide qué ingredientes tomar en la primera comida del día.

Al medio día Dulce Trazo pone sobre la mesa una propuesta diferente, una mezcla de repostería con productos salados. Se pueden encontrar muffins de verduras, quiché de atún, de pollo o vegetariano -siempre dependiendo de los productos de temporada-, o ensaladas en las que, a partir de una base verde, se pueden ir añadiendo los ingredientes que se quieran.

Por la tarde, a la hora de la merienda, las tartas caseras son lo más demandado. Tarta de zanahoria, laberinto de chocolate, brownie cheescake, tarta de queso, red velvet, tarta de limón, de naranja o de aguacate. Hasta impensables combinaciones como bizcocho de mascarpone y albahaca, o tarta de cerveza con crema de whiski.

En Dulce Trazo se atreven con todo. Hacen bollería y magdalenas caseras. Trabajan, también por encargo. Y se enorgullecen de haber conseguido que niños con intolerancias alimenticias puedan disfrutar de una rica tarta de chocolate o de que clientes con problemas de azúcar, vuelvan a sonreír saboreando sus postres.

Como especialistas en repostería adaptada a todo tipo de intolerancias alimenticias, el local cuenta con dos cocinas diferenciadas y aisladas. Sendas cristaleras definen la zona de cocinado pero permiten al cliente observar todo el proceso de elaboración de los postres desde el salón de la cafetería que recuerda, mucho, a los salones de té europeos.

Mesas de madera antiguas, manteles bordados, útiles de cocina de coleccionista adornando las paredes y fotografías familiares en blanco y negro, con música de jazz como banda sonora, es la estampa que ofrece el local a quien le visita. Rosa, la dueña, proviene de una estirpe de hosteleros sevillanos y hace gala de ello.

Dulce Trazo, que cuenta con un local hermano en la Calle Méndez Núñez, pretende implantar en la ciudad el concepto de slow food y conseguir que su cafetería obrador aglutine a todos los públicos. El nombre del local deja claro que los sueños que se dibujan con mimo acaban convirtiéndose en dulces bocados de realidad.

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