Como un viaje de la sombra a la luz se puede catalogar la puesta en marcha de El Candelero . Este lugar que abrió sus puertas el 26 de mayo de 2018 sustituía en el mismo establecimiento a un clásico intermitente de la noche (y el día cordobés): Wengé. Clásico porque empezó a la misma vez que nacía el vial y aledaños para la vida en común en los primeros años del siglo XXI como pub nocturno. E intermitente y también diurno porque tras su cierre volvió años después de nuevo pero con una oferta extendida desde el desayuno a la madrugada. El Candelero supuso un concepto muy distinto.
Su antecesor se caracterizaba por los colores oscuros voluntariamente buscados. El Candelero cambió el establecimiento por completo buscando la luz, el sol y los colores blancos y alegres. Así lo cuenta su responsable, Patricia Alonso , licenciada en administración de empresas que aprendió el oficio de estudiante en lugares como Atrio o el Sojo que había hace años en el centro. Más tarde fue gerente de La Casa del Agua. «Vi muchísimo potencial en el lugar en los desayunos por las oficinas cercanas», cuenta sobre el impulso que le hizo ver en este local un sitio idóneo para su proyecto y tan distinto del anterior, pues destaca por una búsqueda de la luminosidad y la transparencia . En general de la alegría.

Y así nació El Candelero, como bar de desayunos y picoteo. Pero pronto se complicó la cosa, para bien, y la variedad de público existente en la zona exigió un cambio a una carta más sólida en la que ese picoteo se viese complementado por platos para un buen y sustancioso almuerzo o cena. Así que hay de todo para contentar a cualquiera. Nachos por la parte más liviana y para la gente más joven, al otro lado arroces variados y carne a la brasa. Entre medias todas las recetas de la cocina cordobesa, andaluza y española más habituales: del salmorejo al flamenquín pasando por la ensaladilla. Todo elaborado por el chef Santiago Algaba y buscando, como insiste, Alonso, un trato afable al cliente. «Quiero que se sientan como si estuviesen en casa».
Hay que prestar atención especial a los desayunos, donde a las tostadas habituales se le unen otras más elaboradas, como la de pavo con aguacate. El lugar cuenta también con una amplia carta de vinos de todos los precios.

Además El Candelero sirve también para hacer pequeños eventos, muchas veces complementarios a los que hay en el cercano hotel Center. Por ejemplo si hay una boda, El Candelero se ocupa del cóctel previo. También se cierra para bautizos o comuniones.
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