Actualidad
Desde hace siglos los cordobeses suben al santuario de Santo Domingo de Scala Coeli porque se dice que San Álvaro de Córdoba, santo del siglo XV, atendió a un mendigo moribundo que resultó ser finalmente el mismo Jesucristo. Esta creencia dio lugar a la romería de Santo Domingo, primero precedida de diversas marchas a caballo o pie, y más tarde organizada ya como caravana romera por la ‘Peña los 99’ en 1936. Los avatares históricos hicieron que esa romería fuera intermitente hasta los años 60 cuando empieza a organizarse tal y como la conocemos hoy día, aunque ya desde 1949, con las peñas cordobesas como impulsoras, se le va dando la forma con la que es conocida y basada en carrozas.
Este preámbulo histórico está relacionado con el restaurante Santo Domingo porque precisamente tiene su origen en esta romería. En 1981, Pepe Cruz e Isabel Guzmán, que tenían una parcela cerca del santuario, aprovecharon la privilegiada situación de su terreno para vender unos refrescos y unas sardinitas , como cuenta su hija Ángela Cruz. El éxito fue de tal calibre que los animó directamente a poner el establecimiento.
Cuarenta años después, generaciones de cordobeses han pasado por un lugar que se caracteriza por su amplitud. Tiene una sala interior grande pero su fuerte es la terraza, la búsqueda del solecito sobre todo los fines de semana, y el fresco durante las noches de verano. Los nietos van ahora a donde fueron sus padres con sus abuelos. Y además todos sigue parecido, es un lugar sencillo, siempre con alguna atracción infantil para que los niños se distraigan. Y no falta un futbolín.
La carta es plenamente tradicional y tiene un plato estrella: el pollo al ajillo . Se caracteriza por estar bajo una montaña de patatas con su caldito, resultando tan importante como el plato la posibilidad de migar en el aceitillo. Está también la opción del conejo al ajillo. Resulta frecuente pedir ambos para compartir. No faltan las recetas más conocidas de Córdoba, la carne de caza, croquetas, o paellas. También revueltos y pescaíto frito.
Por su situación, amplitud, cercanía del campo y las comentadas atracciones infantiles, Santo Domingo es además un clásico de bautizos y comuniones desde hace décadas.
Aquella prueba de refrescos y sardinas es hoy uno de los restaurantes de la sierra más conocido, quizá el que más. ¿Habrá tercera generación? De momento Adriana, hija de Ángela, tiene siete años, y aunque ya ayuda con las bandejas jugando, quiere ser de momento peluquera. Pero tiempo al tiempo…
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete