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Amarre Ribera renueva su imagen por completo

Rocío Górriz

Amarre Ribera fue el segundo restaurante que se abrió en Ronda de Isasa. Mucho ha llovido desde 2011 cuando Javier Cruz Conde decidió iniciar esta aventura. A la altura del número 10, puede vanagloriarse de haber creado un espacio singular con buena cocina, informal pero basada en la tradición local. Un sitio para la diversión y los grandes momentos, muchos de los cuales transcurren en la terraza, donde los clientes buscan combatir el calor del verano con el paisaje de la ribera del Guadalquivir como fondo. ¡Un escenario de lujo para cenar o simplemente tomar una copa!

La semana pasada Amarre Ribera abría sus puertas de nuevo después de haber sometido al local a una reforma integral del local. El resultado es una imagen mucho más fresca, alegre y moderna.  Tejidos naturales, estampados étnicos y colores vibrantes que combinan a la perfección con un juego de luces cálidas que alumbran la gastronomía del lugar.

A pesar de haber cambiado su apariencia, y estar trabajando para incluir novedades en su oferta gastronómica más reciente, hay clásicos de la casa que estarán esperando a sus comensales. No hay más que pedir su rabo de toro a la antigua o su fideuá negra con langostino. También perduran elaboraciones tan originales como la mazamorra de queso de cabra con azúcar caramelizado y sorbete de  manzana.  Y para quienes tengan buen apetito, tienen brochetas de solomillo ibérico y de gambones a plancha con verduras que no dejan a nadie indiferente.

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