Los mejores restaurantes del poniente granadino (comarcas de Loja y Alhama)
Desde humildes mesones a vanguardistas restaurantes de lujo y desde los más tradicionales guardianes del recetario local a restaurantes orientales que traen nuevos aires a la zona

La tremenda diversidad de paisajes, climas y entornos de la provincia de Granada se refleja, por supuesto, en su paisaje culinario. Quizás la provincia sea más conocida fuera de sus fronteras por las excepcionales hortalizas y verduras de la Vega de Granada o por los extraordinarios pescados y mariscos de su costra, centralizados en esa enorme fuente de recursos marinos que es la lonja de Motril. O por sus frutas exóticas de la Costa Tropical o la cocina contundente y austera de la Alpujarra. Y, sin embargo, hay mucho más aun que dar a conocer de la gastronomía granadina.
El poniente de la provincia, en el que aquí hemos englobado las comarcas de Loja y la de Alhama de Granada, ofrece mucho al visitante. Chivos o chotos en la sierra, el cordero ecológico lojeño, las setas y los caracoles silvestres, los espárragos, las alcachofas y el resto de verduras de Huétor-Tajar y de la vega del Genil, los esturiones y truchas de Riofrío, la repostería maestra de Loja, los embutidos, morcillas y lomos de orza de la sierra, los garbanzos y chacinas de Alhama y su dulcería de origen musulmán dan buena prueba de ello.
Camino de la Huerta (Alomartes)
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La cocina andaluza tiene uno de sus exponentes en Alomartes. Camino de la Huerta tiene la propuesta de nuestra dieta mediterránea con productos de mercado que son transformados en platos tradicionales. En sus menús de lunes a viernes se pueden encontrar unas buenas alcachofas con huevo en tempura, canelón de pato, mariscos y carnes seleccionadas por Vicente, el dueño.
Casa Piolas (Algarinejo)
La cocina de autor de Casa Piolas se nutre de productos de su entorno. Desde 1936 llevan abiertas las puertas de este restaurante puro y tradicional. Aunque siempre ha conservado el gen conservador, han ido introduciendo nuevas recetas asociadas al movimiento slow food y perfeccionando las ya existentes, recientemente también en colaboración con el chef Diego Gallegos. Su carta, que es actualizada cada mes aproximadamente, ofrece varios tipos de menús degustación en función del número de pases y la estación del año para respetar la materia prima de temporada. Por citar algunos platos, podemos mencionar las sabanitas de camembert con jamón ibérico y almendra, el bacalao con alioli de miel de caña o su reconocido chivo al estilo de la abuela, con huevo y zurrapas.
La Terraza de Riofrío

Apartada de las zonas más turísticas de la comarca de Riofrío, La Terraza de Riofrío se posiciona como un lugar de comida de calidad a buen precio con un servicio amable y profesional. Igualmente, su extensa terraza permite disfrutar de las vistas a la sierra. Su menú del día es altamente recomendable, puesto que abarca platos con productos autóctonos. Habría que mencionar los huevos rotos con esturión ahumado y gambas, los cangrejos de río en arroz caldoso o en una salsa ligeramente picante, así como la trucha con champiñón.
La Finca (Loja)
En el noble Hotel La Bobadilla se encuentra el restaurante La Finca donde sirven comida contemporánea, pero autóctona. Con unos salones decorados elegantemente y donde la luz llega a cada rincón, el chef Pablo González ofrece una cocina creativa y mediterránea, mediante productos de calidad de los que salen platos tales como gazpacho de bogavantes con piñones, lubina al horno con apionabo y emulsión de tomate o salsifí con pechuga de capón relleno de foie-gras.
Venta El Frontil (Loja)

Cuando uno llega a la Venta El Frontil se encuentra con un establecimiento agradable que tiene la madera como principal elemento decorativo. Los amplios ventanales permiten disfrutar el bello entorno rural. Además, en los fríos meses de invierno, la chimenea incrementa aun más el confort. En cuanto a la carta, de los entrantes pueden resaltarse el aguacate con langostinos y almejas, mientras que para completar una grata experiencia se recomiendan los callos o la pierna de cordero acompañada de unas patatas muy bien fritas.
El Olivo de Miguel y Celia (Castillo de Tajarja)
Tras muchos años trabajando en restaurantes de Francia y Andorra, Miguel tomaría la decisión retirarse paulatinamente en un negocio propio en su tierra, mientras que Celia sería la encargada de la sala. Sin abandonar la cocina que le había dado todo en el extranjero, El Olivo se ha convertido en un destino para los amigos del buen comer. Lo que supuestamente iba a ser una especie de prejubilación sosegada, no tardaría en convertirse en todo un éxito que les obligaría a colgar el cartel de completo varios días a la semana. La carta, al igual que su coqueto comedor, evoca su trayectoria en el país galo con platos como las judías blancas salteadas, el timbal de arroz Indiana con delicia de ave rellena de ciruela pasa o el carpaccio de higos.
Taberna Cilantro (Loja)

En pleno municipio de Loja, se ubica la Taberna Cilantro, un restaurante innovador donde mezclan cocina internacional con guiños a la cocina tradicional andaluza y granadina. En su interior, la colorida y heterodoxa decoración transmite dinamismo y frescura, en la que cada mesa y cada rincón es diferente. Las elaboraciones caseras se dividen en tapas y raciones, que pueden ir desde unos tacos de cochinita pibil a un risotto de setas, pasando por unas buenas croquetas de gambas. Por otra parte, también cuentan con alternativas para veganos y productos a la brasa.
Riviera Mediterranean (Huétor Tajar)

La influencia mediterránea en este restaurante queda clara desde el propio nombre. La combinación entre verduras frescas, carnes, pescados y arroces marca el carácter de este simpático negocio de decoración cuidada y moderna. Dividen las opciones para comer entre la barra, las mesas altas, las mesas del restaurante o fuera en la terraza. De su carta debemos mencionar la ensalada ahumada, el taco de presa ibérica, tomate, cilantro y cebolla encurtida, o el arroz caldoso con bogavante. Asimismo, afirman que algunos de sus platos tienen un factor diferencial gracias al primer horno de brasa patentado que combina parrilla y horno. En él preparan unas suculentas costillas de cerdo a baja temperatura y hamburguesas caseras.
El Ventorro (Alhama de Granada)

Desde hace más de 300 años los viajeros han tenido la antigua Venta de la Paloma o Ventorrillo Bernardo como un punto para hacer un alto en el camino. Actualmente, integrado en el Hostal Rural El Ventorro, continúa siendo un lugar emblemático de Alhama de Granada donde cada día se cocinan platos típicos de la cocina granadina. El establecimiento conserva la esencia de cortijo antiguo, así como el sabor auténtico de las migas cortijeras, el lomo de orza, la olla jameña o la variedad de carnes hechas a la lumbre. También son reconocidos el guiso de papas de la ‘agüela Currilla’, la cazuela de col y la de fideos, el potaje de morillas o el ‘guisao’ de patas de El Ventorro. Por último, cabe mencionar que sus postres artesanos están hechos artesanalmente por las Hermanas Clarisas del convento de San Diego de Alhama.
Casa Jaime (Montefrío)
A las afueras de Montefrío, rodeado de naturaleza se encuentra un clásico como es Casa Jaime. Su acogedor salón rústico, de cuyas paredes cuelgan todo tipo de herramientas agrícolas, está presidida por una chimenea que enriquece la estancia en las jornadas de frío. Por la zona y el tipo de restaurante, de marcado carácter tradicional, su especialidad son las brasas, sobre las que prepara solomillo, chuletones o pulpo, además de productos caseros al horno como las empanadas o el cochinillo.
Mokuren (Loja)

Dentro del recinto del Hotel El Mirador de Loja, se encuentra este restaurante de comida japonesa. Como deja entrever el nombre del hotel que acoge este espacio, las vistas son uno de los atractivos principales de Mokuren, con una panorámica sobre todo el municipio de Loja y la sierra de fondo. Las áreas de comedor se encuentran bien diferenciadas entre una terraza diáfana y un espacio interior minimalista, pero confortable. La cocina, divertida y para todos los públicos, ofrece una variedad de emblemas de la gastronomía nipona: nigiris, makis o gunkans. El chef José Pablo Frías ha introducido también el kamado, la barbacoa japonesa, en la que prepara platos como el magret de pato al carbón sobre hoja de magnolio o el muslo de pollo campero a la brasa macerado en salsa tentsuyu.
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