Recetas con vino

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La gastronomía española es muy rica por el empleo de los vinos, que no sólo se utilizan para acompañar en una buena mesa, sino que en la mayoría de las ocasiones son un ingrediente casi imprescindible en las distintas elaboraciones. Blancos, tintos, olorosos, secos,… variedades hay tantas como queramos. Descubre un poco más sobre los alimentos que maridan mejor con cada vino según sus características.

Protagonistas en los postres

Los postres también aceptan muy bien los vinos, compruébalo con estas brochetas de fruta con reducción de Pedro Ximénez, este salteado de cerezas con vino tinto, las tradicionales torrijas, o una bebida refrescante como este granizado de vino tinto y canela.

No dejes de utilizar el vino en los postres, el resultado te sorprenderá

Normalmente, siempre se ha dicho que los vinos blancos casan mejor con los pescados y los tintos con las carnes rojas. Pero dentro de esa máxima, que puede servir como guía, son muchas las cuestiones a tener en cuenta a la hora de elegir el mejor vino para el plato que se va a preparar, porque por ejemplo, un pescado fuerte y carnoso puede aceptar perfectamente a un vino tinto.

Pero no sólo maridan con pescados o carnes, ya que los vinos, utilizados también para la reducción de salsas, pueden acompañar las pastas con distintos rellenos o incluso servir de contraste en los postres.

Lo importante es que los sabores, tanto del vino como de las distintas comidas, armonicen entre sí y ninguno de los dos entorpezca el reconocimiento del otro, aunque lo que se quiera conseguir al introducir el vino con determinados alimentos sea el contraste.

Por ejemplo, los vinos con buena acidez ayudan a resaltar los sabores de las comidas. El dulzor de los vinos, que determinan si es más o menos seco -cuanto menos dulce, más seco-, hay que tenerlo en cuenta a la hora de elaboraciones muy especiadas, ya que combinan muy bien si son dulces, o para hacer contraste con platos salados. Precisamente para mitigar los sabores salados se pueden emplear vinos ácidos, pero teniendo en cuenta que los ingredientes salados ayudan a potenciar los taninos y el alcohol del vino.

Y precisamente los taninos, una sustancias orgánicas vegetales que se encuentran tanto en la piel y las pepitas de las uvas como en la madera y que aporta la sensación de astringencia y aspereza, son los responsables del sabor amargo, que en el vino tinto está muy presente. Por ello, casa muy bien con otros sabores también amargos o fuertes.

A la hora de servir los platos, es importante poner en la mesa un vino igual o similar al que se ha utilizado durante la cocción.

De todas formas, hay que tener en cuenta que sobre gustos no hay nada escrito y esto de maridar vinos con comida no es una regla matemática. Así que si a ti te gusta un plato con un vino determinado, aunque no sea lo que se ha establecido hasta el momento en las líneas escritas sobre el maridaje, no lo dudes ni un momento, la elección será buena.

Para dar algunas opciones sobre recetas elaboradas con vino, os presentamos algunos platos. Empezando por las carnes, una opción para emplear un vino tinto es este taco de cochinillo confitado con puré de manzana, que se ha elaborado con un buen Oporto, esta  carrillera de cerdo con manzana o este conejo relleno de ciruelas pasas al vino tinto.

Pescados y arroces

Y ahora probamos con los pescados, que combinan bien con el vino blanco, como estos filetes de gallo que se maridan con Albariño, este atún encebollado, este bacalao a la llauna, una estupenda cazuela de boquerones al vino blanco, o un mero canario que se ha maridado con Jerez. En este grupo podemos incluir el pollo, que al ser una carne más suave le va ideal el vino blanco, como en este pollo al ajillo con salsa de vino blanco.

En los arroces, los vinos también tienen un gran papel, como en este arroz negro que se ha elaborado con Albariño. O en otros platos como el foie con reducción de vino moscatel, en las pastas, como en estas caracolas rellenas con verduras y bacon, en la verduras, como en estas coles de Bruselas con jamón y jugo ligado de carne, esta crema de apio a la naranja, para la que se utiliza un jerez seco, o esta crema de melón al oporto con jamón.

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