Restaurante Al – ZagalAl-Zagal: El silencioso sultán nazarí

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La mayor operación urbanística de esta ciudad, a finales del siglo pasado, fue el Plan Parcial Renfe que propició el soterramiento de las vías del tren, la comunicación fluida con la zona norte y el desarrollo de la avenida de La Libertad donde se han construido edificaciones de cuidado valor arquitectónico. En la manzana central, haciendo esquina con la prolongación del Gran Capitán, nos encontramos con el colorista edificio que alberga el hotel Córdoba Center, inaugurado en 2006, y al que pertenece el restaurante Al-Zagal, objeto de esta referencia gastronómica. A la entrada se encuentra, en primer lugar, el salón principal del hotel, espacioso y elegante, donde el ruido se aminora y si acaso, se oyen los murmullos de las conversaciones de sus discretos ocupantes; al fondo se vislumbra el restaurante principal.

Se trata de un espacio delimitado por grandes mamparas de cristal que lo convierten en una especie de calida pecera que resguarda su intimidad.

El nombre de este restaurante proviene del sultán Mohammed XIII, llamado por los cristianos Al-Zagal (El Valiente), penúltimo rey de la dinastía nazarí de Granada. Su interior es muy elegante, confortable y cálido: mesas amplias bien montadas y vestidas con mantel a ras del suelo; el plato base, de exquisito gusto, es de la casa Villeroy. Las copas se colocan a la inglesa para evitar que los comensales se tapen entre sí; un cómodo sillón, a la altura adecuada, completa la sensación de bienestar con la que el cliente se encuentra.

La carta es básica y tradicional en su preparación pero cuidada y vistosa en su presentación, lo que siempre es de agradecer. Tanto en carnes como en pescados hacen una propuesta amplia de preparaciones a la brasa con carbón vegetal. El tartar de salmón aguacate y mango, es delicado y refrescante; le acompaña a la perfección un suave alioli de espinacas. La brocheta de gambones está muy bien asada aunque este tipo de marisco aporta, en general, escaso valor culinario. Las chuletitas de cordero lechal, en realidad chuletas de recental, están tiernas y mantienen la chispa de sabor que le proporciona la brasa. La carta de vinos, por otra parte, tiene una representación muy clásica de las principales denominaciones de origen españolas, aunque se echa de menos algún fino o generoso de nuestra tierra. El servicio muy atento y profesional, siempre sonriente, hace muy agradable la estancia de sus comensales.

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