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El Envero Restaurante GastrobarEl Envero: Un imprescindible

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Decir en cualquier lugar que un restaurante es el mejor es una osadía, y hacerlo en Córdoba seguramente más. Aquí el nivel es francamente alto. Por eso no me atreveré a decir que El Envero, situado en la calle Teruel, es el mejor, pero sí que es uno de los mejores desde su apertura hace apenas seis años, en febrero de 2011.

El Envero es el fruto de la pasión por la gastronomía y el vino de sus dueños, Fernando Villena y Rafa López, amigos de sus amigos, magníficos anfitriones y enamorados de su negocio. Al frente de los fogones estuvo en los inicios Antonio López, hoy al frente del cercano Tellus y que sin duda tiene una parte del mérito del éxito de este restaurante.

Tras su marcha ocupa la cocina la extraordinaria Zahira Ortega, una cocinera sobresaliente y creativa, que sabe estar a la vanguardia sin caer en la extravagancia. No se puede discutir que está a la altura de los mejores. Lo tenía complicado dado el altísimo listón dejado por Antonio, pero ha demostrado estar a la altura y ser capaz de desarrollar una carta equilibrada, en constante evolución y con una resolución de los platos brillante. El servicio de sala no desmerece en nada el nivel de la cocina y comandado por una siempre sonriente Azahara Aranda logran proporcionar una atención personal, agradable y eficaz en todo momento.

Magnífica la materia prima que se trabaja en este restaurante. De la carta -que tiene siempre un eficaz complemento en la pizarra con la que nos presentan platos de temporada- hay que destacar en los entrantes clásicos muy conocidos como las croquetas fluida o la mazamorra y novedades como el redondo tartar de gambas con gazpacho de cereza y helado de jengibre, auténticamente delicioso, la sorprendente ventresca de atún rojo a modo de jamón con tomate o el tiradito de presa ibérica: cualquiera de estos tres tienen un nivel de primera división. Entre los platos principales, son una apuesta segura el atún, especialmente el lomo a la plancha y la ternera gallega (echo de menos, único pero que le pondré, el puré patata con trufa que antaño acompañaba a la carne, sencillamente soberbio), a la que consiguen dar un punto óptimo.

No se puede hacer una crítica de El Envero sin hablar de vino. Su carta, resultado de la afición, la dedicación y el estudio de sus dueños, cuenta aparte de las clásicas con multitud de propuestas de bodegas nacionales, muy conocidas unas, menos otras, y pone a disposición del comensal, a precios razonables, referencias no habituales de gran calidad.

No recuerdo que El Envero me haya fallado en las muchas veces que allí he comido y cenado. Ni en familia, ni con amigos ni en comidas de trabajo. Es uno de los imprescindibles que merece visita una y otra vez.

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