Taberna Tierra & MarTierra y Mar: Un todoterreno en el centro

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Ha querido el azar que esta crítica se vaya a publicarla semana de Fitur. Con buen criterio y toda lógica Córdoba se ha presentado como un destino turístico de primer orden en el que la gastronomía ocupa un lugar de especial relevancia. Más allá de la muy discutible selección de cocineros invitados (son todos los que están, pero no están todos los que son: ¿es razonable prescindir en una feria que pretende promover el turismo gastronómico de los cocineros con Estrella Michelin o de un local como Casa Manolete?) hay que alabar la idea. Pero la visita al restaurante Tierra y Mar en la plaza de los Carrillos obliga a una mínima reflexión: ¿es presentable que en un lugar como ese, como en otros muchos, haya ocho contenedores en superficie llenos de basura a cualquier hora del día? No es, desde luego, la mejor imagen que podemos ofrecer.

Tierra y Mar es un muy correcto restaurante situado en la esquina de la plaza de los Carrillos con Osario. Es un local grande, en el que con mayor o menor éxito se han abierto varios restaurantes en los últimos años, con amplios ventanales a tres calles, de aspecto acogedor y con una buena barra en la que tapear y disfrutar la amplia oferta de vinos de la tierra que nos ofrecen. Además de un salón amplio dispone en su frontal de una agradable terraza con seis mesas bajas, utilizables incluso en invierno y cuatro mesas altas habitualmente llenas.

Además de distintos tipos de arroz, entre los que destaca el de rabo de toro, y el guiso que cambia a diario, destaca su estupenda ensaladilla de gambas —de la que puede pedirse la humilde tapa, una media ración o una imponente ración completa— y una correcta ensaladilla de pollo al curry; otras posibilidades son, aparte del inevitable salmorejo de la tierra, las berenjenas califales y la mazamorra con higos.

La oferta de carnes y pescados es amplia y de calidad. Entre las primeras junto a un steak tartar simplemente correcto de precio excesivo encontramos una buena carrillada al Pedro Ximénez y un sobresaliente rabo de toro; no faltan el lomo bajo y el solomillo de vaca madurada y, por supuesto, el flamenquín y la presa ibérica. Puede presumir Tierra y Mar de la altísima calidad de sus pescados, que suelen ofrecer a modo de sugerencia fuera de carta: almejas, coquinas, salmonetes, acedías o pijotas suelen estar a disposición del comensal a precios muy sensatos. Los postres son los habituales en este tipo de taberna-restaurante: tocino de cielo, tarta de queso, el coulant de chocolate y la leche frita.

Si es un lugar recomendable por su ubicación, por la calidad del producto y por una razonable relación entre lo que ofrecen y lo que cobran, lo es especialmente por su horario prácticamente ininterrumpido y por un servicio extremadamente agradable y pendiente siempre.

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