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Abacería BadacabláUn mercado para comérselo

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La Ciudad de Sevilla debería añadir a sus epítetos de muy noble y leal (que debe ser la adscripción monálquica en el idioma chino que pronto tendremos que aprender por mor de nuestro alcalde) el título de muy novelera. La Vieja Dama (© Burgos), es voluble y veleta como la giganta que da nombre a su torre verdadera. Dicho de un modo más castizo, Sevilla es culo veo culo quiero… La moda de los mercados gourmet al estilo del madrileño de San Miguel llega de momento al hermoso y coqueto mercado del barrio de Heliópolis, tierra santa para el beticismo. Aquí, dos inquietas empresarias que no quieren triunfar por su cara bonita, Ana Arévalo y Sara Flórez, se han anticipado abriendo una pequeña abacería que se ha puesto de moda en sus pocos meses de vida

Badacablar es un local dentro del mercado muy conseguido gracias al acogedor diseño del arquitecto Javier Jiménez Sánchez-Dalp. En esta pequeña abacería se dan cita reuniones de amigos, gente conocida, efecto del boca a boca por su buen ambiente. Desde Soto, el cantante o su compadre César Cadaval, Las Seventies, Fran Rivera y un largo etcétera coinciden aquí para degustar tanto sus botellines de Cruzcampo fríos como las presentaciones y elaboraciones de Ana y Sara a base conservas y platos preparados. Rulos de Jamón con foie, solomillo de atún con cebolla caramelizada, las tablas de quesos de TGT, (payoyo, bavaria, Idiazabal…) o un papelón de jamón de Maximiliano Jabugo se pueden degustar en animada reunión en sus mesas altas. Tienen un escogido laterío, seleccionado para que no sea una lotería: sardinillas de A Churrusquiña, (las de la lata blanca tan complicadas de encontrar), unos mejillones en escabeche de buen trapío o el bonito del Norte.

Pero Badacablar es una abacería casi de sociedad, una reunión socio-gastronómica con denominación de origen que son los apellidos de sus viandas: Cascajares, Benfumat, Catedral de Navarra, Conservas Roma, etc. y otras que elaboran los clientes-cocineros que las firman como la carne mechá de Rafael Sánchez Ibargüen, la tortilla de patatas de Concha Fernández de Córdoba (que dura un santiamén), el aceite manzanilla de Finca Cercado de la Era de Agustín Artillo o los postres de Cari Padura.

El moyate también tiene su historia porque tienen un Marqués de Griñón por copa excelente de precio y un Acontia de Rivera…Ordóñez (Yo me entiendo) para meterles mano a unos bollos preñaos de la Algaba de chorizo o morcilla o un plato de lomo en manteca de CorteConcepción, mismo.

En este ambiente informal y un tanto rastrillero lo mismo Perico Solís torea de salón con un capote que Cristina Terry monta un mercadillo benéfico.

Por lo tanto si la cosa rompe en copas de balón y terrones de nieve, con lo poco que empapa comer de latas y el buen ambiente imperante, de allí se puede salir cantando Marusela.

Doy fe.

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