Bajo GuíaBajo Guía: «El tamaño sí importa»

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Cuando las gambas que te ponen son mayores que los langostinos, cuando los salmonetes son más pequeños que boquerones, cuando los langostinos que acompañan a las alcachofas son casi más grandes que éstas, entonces las cosas se están haciendo mejor que bien, porque en la comida el tamaño sí que importa y no siempre lo mayor es lo mejor.

Bajo Guía es uno de esos restaurantes que pese a que no lleva tanto tiempo en su actual emplazamiento parece que hubiera estado en la calle Adriano desde siempre. Abandonaron un local desordenado, sombrío y algo caótico en Los Bermejales para abrir otro marcado por lo contrario: el blanco, la luz y el orden. Eso sí, en el camino se dejaron, o perdimos, una barra bulliciosa e interesante.

La calidad, junto a los evidentes orígenes sanluqueños, es una de las señas de identidad de la casa. Una calidad que, como no puede ser de otra forma, se traduce en la cuenta. Pero no empecemos por el final, que todavía no hemos empezado a comer y ya estamos pagando.

Las papas aliñas son sobresalientes, como no podía ser menos. Y las gambas cocidas que apuntábamos arriba son tan especiales -o extras- que uno se arrepiente de haber pedido otras cosas distintas a ellas. Pero entonces llegan las mejores huevas de merluza fritas que recordamos, que llegan a hacer sombran a unos buenos calamares fritos. A continuación, unas alcachofas con langostinos en el que ganan claramente los segundos. 

Todo estos “aperitivos” entretenían la llegada del plato principal, una lubina-salvaje de verdad- bien tratada, con el punto perfecto. Y como no sólo de pescado vive el hombre, rematamos con un buen solomillo de ternera angus.

Nos hubiera faltado la milhoja de nata que recordamos del antiguo Bajo Guía para haber rematado una comida en la que la nota media es más que notable. La cocina sanluqueña tiene en Sevilla grandes referentes -Barbiana, La Moneda, o este que hoy traemos a estas páginas- que ya nada tienen que envidiar a los grandes nombres de la ciudad de la desembocadura del Guadalquivir -Bigote, Balbino o El Mirador de Doñana-.

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