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El EspigónRestaurante El Espigón: «Barra Alta»

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«Tiene una barra que parece hecha a medida: altura exacta y diseño en zeta para que cada cual se acomode como mejor sepa y pueda»

Llega la Navidad y también la navidad, con minúsculas. Y es que, de un tiempo a esta parte, la tradicional fecha de la cristiandad se ha convertido en un batiburrillo que no hay por donde cogerla. De una parte, porque se ha prescindido de cualquier signo identificativo de la fecha, con esas luces chillonas y catetas a mayor gloria del alcalde de turno; y de otra parte, por la agonía compulsiva por comprar para regalar, como si el mejor regalo no fuera aquel que no se vende.

De paso están las horribles reuniones laborales llamadas comidas de navidad, que como dice el amigo Esteban siempre empiezan por un almuerzo o una cena… Y es que hay pocos espectáculos más patéticos que esas reuniones de señores ‘tonsados’ por la calvicie empeñados en el vaso largo y metiendo cuello a la señorita de rigor con una indigna puesta en escena de aliento etílico, lengua gorda y torpe ‘cambayá’.

Por eso los que saben se reúnen en una buena barra. Como la de el Restaurante El Espigón en Sevilla, mismo. Porque beber con los pies en el suelo, entre una charla amable y unas viandas mejores, nos alivia de las escenas anteriormente descritas. Tiene el conocido restaurante marinero del Porvenir una barra que parece hecha a medida: altura exacta y diseño en zeta para que cada cual se acomode como mejor sepa y pueda.

“¡El que llegue primero que coja sitio en la barra!”. A este mágico conjuro se convoca la reunión al convite de una comanda de raciones de superior categoría. Describir aquí la retahíla es hacer de camarero, porque ellos mejor que nadie saben ir llenando, aconsejando y sacando el material imprescindible para la velada. Los sublimes aliños (salpicón de marisco, las huevas de merluza fresca, el pulpo gallego, los huevos de choco; el tomate de Los Palacios con ventresca de atún), el pescado frito (taquitos de mero o corvina, chocos, puntillitas; acedías y pijotas o los salmonetitos y boquerones). Todo regado con la excelente Cruzcampo que aquí despachan o el catavino de Tío Pepe que entra como Perico por su casa de frio que lo ponen.

Los aliños que ofrece El Espigón

Suelen tener buena coquina, si no la esconden, por lo menos a los habituales. Y, como recomendación de este cronista, un tremendo sanjacobo, con jamón y queso recién cortados en la propia barra y servido con su guardia pretoriana de patatas fritas y troceado al compartible modo. Indispensable. Como su jamón de bellota al que nadie de la reunión pone nunca pegas…

Si usted no se mete cáscaras (gambas, langostinos o cigalas), puede salir de aquí sin pasar por la enfermería -entiéndase que hablamos de cartera-, ni dejando a la familia sin reyes magos y habiendo echado un rato inolvidable en uno de los mostradores mejor atendidas de Sevilla.

Eso sí, mande a un propio que coja sitio en la barra…

El Espigón

Valoración
  • Mala
  • Regular
  • Buena
  • Muy buena
  • Excelente

Muy buena

  • Comida
    4/5
  • Servicio
    5/5
  • Ambiente
    3/5
Precio
  • Bajo
  • Medio
  • Alto
  • Muy alto

Alto

DirecciónCalle Bogotá, 1, 41013 Sevilla, Sevilla, España Ver mapa
HorariosDe martes a sábado de 13:00 a 16:30 y de 20:00 a 0:30, domingos de 13:00 a 16:30. Cierra los lunes
Teléfono954626851
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