Lubina con sofrito y patatas

La lubina contiene muy pocas espinas, por lo que se convierte en un pescado ideal para ofrecer a los más pequeños

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Los pescados cocinados al horno son siempre bien recibidos por los comensales. Hoy cocinamos una lubina, un pescado con un sabor y una carne muy delicados. Esperamos que os guste!

Lo primero que haremos será preparar la guarnición de verduras. Para ello, pela y corta las cebollas en juliana. Ahora sofríelas junto con los ajos laminados en una cazuela con un porco de aceite de oliva y una pizca de sal. Cuando la cebolla se encuentre bien pochada, incorpora los pimientos cortados también en juliana. Rehoga el conjunto hasta que el sofrito quede bien pochado. Entonces, agrega el pimentón y los tomates rallados. Ahora añade la manzanilla, el laurel y la pimienta blanca. Sigue cocinando hasta obtener un sofrito bien seco.

Las patatas las pelaremos, cortaremos en cubitos y freiremos en abundante aceite caliente, a fuego suave primero y a fuego fuerte al final. Una vez fritas las patatas, resérvalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Retírale las vísceras a la lubina y colócala en una fuente refractaria con un chorreón de aceite de oliva y una pizca de sal gruesa. Hornea a 180º C durante 20 minutos.

Una vez cocinada la lubina, sírvela en una fuente y acompáñala con los cubos de patata frita y la fritada de pimientos.

Para saber si la lubina se encuentra en su punto, tira de su aleta pélvica. Si ésta se desprende, entonces el pescado estará listo para comer.

La lubina es un pescado blanco cuya carne blanca y compacta, así como su sabor fino y delicado, hacen que sea un producto muy apreciado por el público en general. En su composición destacan su elevado contenido en proteínas de alta calidad. Además, es rico en una gran variedad de minerales, tales como el yodo, el fósforo, el potasio y el magnesio. Otra ventaja que presenta la lubina es su escasa presencia de espinas, por lo que es un pescado ideal para ofrecerlo a los más pequeños de la casa.

La lubina la hemos acompañado con un sofrito de hortalizas, que van a enriquecer el plato con abundantes vitaminas, minerales y sustancias de acción antioxidante, que nos van a ayudar a combatir los radicales libres presentes en el entorno.

Por su parte, las patatas fritas, que destacan por su alto contenido en hidratos de carbono complejos, van a proporcionarnos una buena dosis de energía, aunque también de calorías.

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