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Recetas de verano para aprovechar al máximo los ingredientes de temporada

Te proponemos 10 deliciosos platos elaborados con alimentos de la época estival

El verano nos invita a disfrutar de platos frescos y ligeros GURMÉ
Esperanza Fuentes

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El verano nos trae vacaciones, alegría, diversión, color y un sinfín de posibilidades gastronómicas con ingredientes de temporada . Porque en época estival podemos disfrutar de los mejores productos de la huerta , con hortalizas y verduras que van a animar con su colorido y sus propiedades cualquiera de nuestros platos. Y qué decir de las frutas . Es en los meses de calor cuando el abanico de frutales es más amplio, dulce y sabroso.

Si a ello sumamos que en verano disfrutamos más aún de productos de cercanía, como el marisco o el pescado fresco , el resultado es un menú veraniego de lo más sabroso y nutritivo.

Platos frescos y ligeros con ingredientes de temporada

Apostar en tu cocina por ingredientes de temporada es todo un acierto. No sólo estás contribuyendo a reducir las emisiones de dióxido de carbono sino que, además, también apuestas por una alimentación más saludable . Al tomar ingredientes de temporada, aprovechamos todos sus nutrientes de la manera más natural sin tener que recurrir a productos químicos ni a complejos procesos de conservación.

Y no sólo nos beneficiamos de sus nutrientes, sino también de su sabor y de su apariencia, pues tomamos estos alimentos en su mejor momento. Así que, si incluimos ingredientes de temporada en nuestros platos, estos estarán más deliciosos y vistosos .

Entre los ingredientes de verano destacan, como hemos comentado, las frutas y hortalizas. Tomates, zanahorias, calabacín, calabaza o pepino, entre otros, se convierten en los principales representantes de la huerta . Nuestros menús también se llenan de frutas muy variadas: melocotones, melón, damascos, nísperos, paraguayos, nectarinas, cerezas... Y, cómo no, la sandía, que es quizás, junto con el melón, la reina de las comidas estivales.

Las cremas frías son un clásico en época estival GURMÉ

Todos estos ingredientes de temporada son ligeros y refrescantes , y es que, si algo debemos tener en cuenta en verano es que nuestros platos no sean demasiado pesados. Asimismo, estos alimentos tienen un alto contenido en agua . Gracias a ello ayudan a hidratarnos y a reponer los líquidos que nuestro organismo pierde a causa de las altas temperaturas.

Por ello, es habitual que en verano dejemos un poco de lado guisos y recetas contundentes , en favor de cremas frías, ensaladas y platos con un componente vegetal alto.

Pero no debemos olvidar que también son necesarias las proteínas de alto valor biológico. Así que vamos a aprovechar también otros ingredientes de temporada que vienen a completar a los ya comentados. Nos estamos refiriendo al pescado. En esta época se dispara el consumo de mariscos y pescado fresco. Nuestra cercanía a la costa y la necesidad de contar en nuestra mesa con platos más ligeros, hacen que los menús se pueblen de recetas con estos ingredientes en detrimento de los de carne, que suelen ser más pesados.

Recetas de verano fáciles

Ya sabéis que en GURMÉ nos encantan los recopilatorios de recetas según las épocas o las ocasiones especiales. Es una buena forma de tenerlos agrupados en un mismo lugar y echar mano de ellos cuando nuestra imaginación culinaria ande menos activa. Así, por ejemplo, ya te hemos propuesto las mejores recetas para celebrar la Noche de San Juan o postres bajos en calorías para cuidar nuestra línea en verano .

Ahora, vamos a dar paso a las diez propuestas de recetas de verano que te traemos para aprovechar al máximo los ingredientes de temporada.

1

Gazpacho andaluz

Vamos a comenzar con un clásico de nuestro recetario: un buen gazpacho. Una crema fría elaborada a base de tomate, uno de los ingredientes de temporada que más nos gustan.

El tomate es una excelente fuente de vitamina C, vitamina K y licopeno. Estos compuestos ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la salud ósea y proteger la piel contra los dañinos rayos UV. Así que, en verano más que nunca, incorporémoslo a nuestra dieta.

En esta ocasión, haremos un gazpacho sin pan, que es más ligero aún que el clásico. Si queremos mantener la consistencia del gazpacho, un buen sustituto del pan es una rodaja de manzana verde.

Emplearemos pimiento, cebolla, ajo y pepino, otro de los ingredientes que más nos gustan en esta época. Pelamos y cortamos los ingredientes y lavamos los que no haga falta pelar, como son el pimiento y los tomates. Pasamos por la batidora con un chorrito de aceite de oliva, sal y un punto de vinagre. Añadimos agua hasta conseguir la textura deseada y volvemos a batir. Cuando consigamos una sopa homogénea ya estaría listo.

Existen muchas variantes del gazpacho andaluz. Toma algunas de estas ideas para hacer gazpachos diferentes más allá de la clásica receta.

2

Crema fría de pepino

Continuamos con otra crema fría, pero en esta ocasión de pepino, otra de las hortalizas estivales más nutritivas. El pepino tiene un contenido calórico muy bajo, pues es rico en agua. Nos aporta fibra, pequeñas cantidades de vitamina C, provitamina A y vitamina E. Todas ellas benefician a nuestro organismo con propiedades antioxidantes, son buenas para la piel, el sistema inmunológico, etc.

Además, el pepino es diurético y depurativo, con lo cual es idóneo para desintoxicar nuestro organismo.

Debemos pelar y cortar una patata y ponerla en una cazuela con mantequilla y cebolleta picada. Cuando la cebolleta se encuentre bien pochada, añadimos un caldo y berros previamente lavados.

Salpimentamos al gusto y cocinamos a fuego suave hasta que la patata quede bien tierna. Retiramos la cazuela del fuego, añadimos el pepino lavado y pelado y trituramos hasta conseguir una crema fina y homogénea.

Por último, agrega un yogur y mejorana. Mezclamos bien y reservamos en el frigorífico hasta que la crema quede bien fría.

3

Crema fría de remolacha y puerro

Una tercera crema para esta recopilación de recetas de verano para aprovechar los ingredientes de temporada. En esta ocasión, elaborada con remolacha y puerro.

Lava muy bien el puerro, trocéalo y sofríelo en una sartén con un poco de aceite de oliva. Una vez el puerro se encuentre bien pochado, incorpora la patata pelada y troceada. Rehoga durante un par de minutos y añade el caldo vegetal. Deja cocer hasta que la patata quede tierna. Enfriamos.

Cuando el caldo se haya enfriado, agrega las remolachas cocidas y la leche. Ahora tritura el conjunto con la ayuda de una batidora o robot de cocina. Pon al fuego la crema obtenida y, cuando comience a hervir, pon a punto de sal y pimienta. Reservamos en la nevera y la consumimos bien fría.

4

Timbal de berenjenas parmesanas

En verano también podemos apostar por las berenjenas. Son uno de los ingredientes de temporada más versátiles de nuestras cocinas. Se prestan a múltiples elaboraciones, pero una de las que más nos gusta es este timbal de berenjenas parmesanas.

Para elaborarlas, lavamos la berenjena y la cortamos (sin pelarla) en rodajas de medio centímetro. En una sartén con un chorrito de aceite de oliva cocinamos las berenjenas unos minutos. Cuando estén blandas colocamos en un plato una capa de tomate frito y encima una de berenjena. Cubrimos con un poco más de tomate y queso parmesano. Así sucesivamente alternando el parmesano con la mozzarella, al gusto de los comensales. Hacemos el timbal lo alto que queramos (no más de 6 capas de berenjenas). La última capa debe ser mozzarella. Gratinamos unos 15 minutos a 180 grados. Hacemos una mezcla con aceite de oliva y la albahaca picada y regamos el timbal.

Cuando pases las berenjenas por la sartén colócalas posteriormente sobre un papel absorbente para retirarles el exceso de grasas. Delicioso.

5

Ensalada de calabacín y ahumados

El calabacín es una verdura versátil y nutritiva que alcanza su máximo esplendor en verano. Rico en fibra y bajo en calorías, el calabacín ayuda a mantener el sistema digestivo saludable y favorece la pérdida de peso. Además, contiene altos niveles de vitamina C y antioxidantes, que contribuyen a la salud cardiovascular y a la reducción de la inflamación.

Os proponemos disfrutar de él en una original ensalada de calabacín con ahumados. Al presentarla en forma de rollitos, va a resultar un plato de lo más atractivo.

Vamos a comenzar nuestra receta cortando todas las verduras, a excepción de los calabacines, en brunoise, es decir, en daditos pequeños y de igual tamaño. Una vez cortadas, disponlas en un bol junto con los ahumados cortados en dados. Aliña el conjunto con aceite de oliva, vinagre de Jerez y sal. Reservamos este aliño en el frigorífico.

Los calabacines los lavaremos bajo el grifo y los cortaremos en láminas longitudinales y muy finas. Para ello, resulta muy útil la mandolina, un utensilio de cocina cuya cuchilla permite laminar las verduras finamente.

Enrolla las láminas de calabacín sobre sí mismas, dejando hueco en el centro para introducir en éste el aliño. Como hemos dicho, y una vez el aliño de verduras haya reposado, rellena los rollitos de calabacín.

Por último, decora con unos brotes y unas hojas de lechuga, como rúcula, berros, lollo rosso, etc.

Si quieres más recetas con calabacín , echa un ojo a estas que te proponemos.

6

Sardinas marinadas con pomelo

Si hay un pescado que abunda en los recetarios veraniegos, ése es sin duda la sardina. Se trata de un pescado azul que, sobre todo, nos aporta grasas saludables, esenciales para nuestra salud cardiovascular.

La receta que hoy proponemos es fácil de preparar y sabrosa. Con ella podremos degustar las sardinas de una forma diferente: marinadas y con pomelos.

Pelamos y picamos la cebolla. La mezclamos con la zanahoria pelada y cortada en trozos, el zumo del limón y el pomelo pelado y partido en trozos. Hacemos una mezcla con todos estos ingredientes y bañamos las sardinas en ella. Dejamos macerar unas 2 horas.

Retiramos las sardinas y enjuagamos levemente. Salamos al gusto. Ahora, pasamos las sardinas por la harina y freímos en una sartén con aceite de oliva. Acompañamos con la mezcla en la que ha macerado. Decoramos el plato con un poco de perejil y ¡a comer!

7

Atún rojo encebollado

Otro de los pescados estivales es el atún, que además nos ofrece muchas posibilidades a la hora de cocinarlo. En esta ocasión, hemos elegido el atún rojo para hacerlo encebollado.

En una cazuela de barro ponemos un poco de aceite de oliva. Troceamos el atún, lo salpimentamos y lo freímos. Retiramos y reservamos. En el mismo aceite doramos los ajos y las cebollas, todo muy picadito.

Ponemos también el laurel y rehogamos hasta que el sofrito coja color. Incorporamos de nuevo el atún, añadimos el vino blanco y cocemos a fuego lento durante 15 minutos. Rectificamos de sal, espolvoreamos con perejil picado y servimos.

8

Bonito en fritada

Os cocinamos a continuación un tradicional y nutritivo guiso de pescadores. El bonito, preparado de esta manera, queda muy jugoso y sabroso. Además, su ingesta va a proporcionar a nuestro organismo una importante cantidad de ácidos grasos Omega-3, fundamentales para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Comenzamos nuestra receta elaborando un refrito: Corta las cebollas y los pimientos en juliana para sofreírlos, junto con el ajo laminado, en una cazuela baja con un poco de aceite de oliva. Una vez tengas las verduras bien pochadas, incorpora el tomate triturado, el laurel y salpimenta. Cocina a fuego suave durante 5 minutos. Transcurridos los 5 minutos, vierte el vino blanco y el agua. Sube la temperatura del fuego para que con el hervor se evapore el alcohol del vino.

Mientras se termina el sofrito, salpimenta los tacos de bonito y fríelos en una sartén con abundante aceite de oliva. Déjalos poco hechos en su interior, pues terminarán de cocerse en la cazuela. Incorpora los tacos de bonito a la cazuela con el sofrito y cocina a fuego suave durante 5 minutos. Remueve de vez en cuando para que el pescado no se pegue al fondo de la cazuela. Cuando observes que el bonito está cocinado y bien tierno, apaga el fuego y deja reposar.

9

Pastel de zanahoria

Pasamos a la zanahoria que, aunque disfrutamos de ella durante todo el año, en verano es cuando está en todo su esplendor. Te proponemos saborearla de una manera original: en forma de pastel, un postre sencillísimo de preparar que gustará a toda la familia. ¡Y con un color asombroso!

Derretimos y batimos el queso fundido hasta que esté cremoso, añadimos la margarina blanda y continuamos batiendo, poco a poco. Sin dejar de batir agregamos lentamente el azúcar y uno a uno los huevos.

Añadimos a la mezcla anterior la miga de pan, la vainilla y finalmente la zanahoria previamente rallada. Mezclamos muy bien todos los ingredientes. En un molde para hornear no muy profundo y engrasado colocamos toda la mezcla asegurándonos de que quede homogéneamente distribuido dentro del mismo.

Precalentamos el horno a 250 ºC durante 30 minutos. Introducimos en el horno y dejamos por espacio de 25 minutos, hasta que haya dorado por los lados y sin dejar que se seque demasiado. Dejamos enfriar para desmoldar, cortamos y servimos.

10

Sorbete de sandía

Y como no podía ser de otra forma, la sandía debía estar presente en nuestro listado de recetas de verano. Esta fruta jugosa y refrescante no solo nos ayuda a mantenernos hidratados en los días calurosos, sino que también es una fuente rica de licopeno, un antioxidante que se ha asociado con la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. Además, la sandía es baja en calorías y está llena de vitaminas A y C, lo que la convierte en un tentempié saludable y delicioso.

Te proponemos que la saborees en forma de sorbete. Sólo necesitas para prepararla unos minutos.

Lo primero que haremos será un almíbar. Para ello ponemos al fuego el agua y el azúcar. Removemos para que se mezclen un poco y, cuando comience a hervir, contabilizamos dos minutos. Retiramos entonces del fuego y vertemos en otro recipiente para que se enfríe. Ya tenemos nuestro almíbar hecho.

Ahora, trituramos nuestra sandía a la que previamente le hemos quitado las pepitas. Le añadimos dos cucharadas de zumo de limón y un poco de sal. Seguimos triturando y, cuando alcance la textura de un puré o similar, lo mezclamos con el almíbar que hemos elaborado.

Pasamos a otro recipiente y congelamos. Cada hora, aproximadamente, sácalo del congelador y remuévelo con ayuda de un tenedor. En unas 4 horas lo tendremos listo.

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