Patatas al vino

Puedes utilizar estas patatas como guarnición para otro plato, por ejemplo, de carne o pescado.

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Con esta sencilla receta conseguirás un plato de patatas con mucho sabor y si elevar el contenido calórico del mismo.

Así lo cocinamos

Para elaborar las patatas al vino las cocemos con su piel durante un cuarto de hora. Al cabo de este tiempo las pelamos y las colocamos en una cazuela.Hacemos un sofrito con la cebolla y el diente de ajo, ambos muy picados. Agregamos el sofrito a la cazuela, junto con la hoja de laurel, el perejil picado, un poco de pimienta, sal y el vino.Removemos y dejamos cocer a fuego lento durante un cuarto de hora. Servimos las patatas al vino calientes.

Trucos y Consejos

Puedes utilizar estas patatas como guarnición para otro plato, por ejemplo, de carne o pescado.

Información Nutricional

El vino bebido con moderación aporta a través de sus propiedades diversos beneficios a la salud del ser humano:Es considerado un alimento completo que aporta al organismo una fuente de energía fácil de asimilar.

Contiene vitaminas como la A, la C y varias del complejo B como biotina, colina, incositol, ciancobalamina, ácido fólico, ácido nicotínico, pridoxina y tiamina, entre otros. Contiene pequeñas cantidades de hierro, por lo que se deben ingerir vinos generosos en caso de anemia.El vino es un remedio terapéutico en la ansiedad y la tensión emocional. Desarrolla propiedades euforizantes que disminuyen la depresión. Además, el vino blanco es diurético. Los vinos blancos ácidos son ricos en tartratos y en sulfatos de potasio que actúan sobre los riñones, asegurando así una mejor eliminación de toxinas.Contiene una fuerte concentración de sales minerales que son perfectamente asimilables. Entre ellas se deben citar el calcio, potasio, magnesio, silicio y también zinc, flúor, cobre, manganeso, cromo y el anión mineral sulfúrico.Tiene acción bactericida y sus propiedades antisépticas son más elevadas cuando el vino es viejo.El vino es antialérgico gracias al manganeso y vitamina B que contiene. Se opone a todo exceso de formación de histaminas, que es el elemento responsable de los fenómenos alérgicos.El consumo moderado protege contra los efectos patológicos de los radicales libres que provocan varios tipos de cáncer.El vino es digestivo, porque es muy rico en vitamina B2, la cual permite eliminar las toxinas y la regeneración del hígado.Participa de una manera activa en el metabolismo de las proteínas y de los glúcidos. Estimula la segregación de los jugos gástricos.El vino blanco es particularmente indicado con los pescados, pues facilita el proceso digestivo.El consumo de vino tinto, fuente de taninos, actúa sobre las fibras lisas de la musculatura intestinal y aumenta así las propiedades peristálticas, siendo un medio suplementario para evitar el riesgo de constipación.Aliado en el sistema cardiovascular, estimula los índices de la enzima Ald. DH en el hígado. Acelera la depuración del colesterol, pues facilita y refuerza la acción de la vitamina C. Estabiliza las fibras de colágeno que sirven de sostén a diversas arterias. Reduce el riego de los accidentes cerebrovasculares isquémicos. Disminuye las molestias de la artritis. Bloquea la progresión de las cataratas y la degeneración macular. Reduce la periodontitis, una enfermedad infecciosa progresiva que afecta a las encías y a los huesos que rodean y dan soporte a los dientes, a menudo causando que éstos se muevan y que se produzca su pérdida permanente.

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