Ultramarino Gastrobar, la versión más informal de Bodegas Trasmallo

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Ultramarino Gastrobar  (Calle Dolores Ibárruri, 29) surgió con el objetivo de ofrecer productos de calidad, con elaboraciones creativas e informales conformando así una oferta gastronómica dinámica y divertida. Es la parte o versión más canalla de Bodegas Trasmallo en la sus comensales disfrutan a partes iguales de su cocina, así como del divertido, colorido y ecléctico local.

«La música, la gastronomía y la decoración se unen para formar un espacio pensado para divertirse y hacerte viajar sin salir de la ciudad. Nuestra carta se compone de experiencias vividas por nuestro chef, Alberto Ceular Martínez, en sus viajes por todo el mundo, fusionando nuestra cocina con las diferentes gastronomías internacionales», afirman sus creadores.

En su carta hay una versión actualizada de las tapas de siempre. Para muestra basta probar la ensaladilla de gambas con mayo de AOVE; la tosta de sardina ahumada con mazamorra y perlas cítricas o la mazamorra con uvas, naranja y bacalao.

Dos de sus propuestas más sofisticadas son sus ensaladas, entre las que la de foie es la más especial, y las milhojas ( de solomillo y de magret).

Presumen, por derecho propio, de sus hamburguesas: contundentes pues están elaboradas con 220 gr de vaca 100% nacional, y cuyo pan puede seleccionarse sin gluten.

En su propuesta gastronómica recomendaciones o sugerencias hay muchas y muy diferentes, empezando por el atún rojo (en forma de tartar o tataki); y siguiendo con pura cocina de corte internacional en un viaje que va de América a Asia, con parada en Italia, a saber, tacos; noodles, ñokis, rissoto e incluso un falso rissoto de setas trompetas negras y confit de pato.

Siguiendo las tendencias no podían faltar los baos (¡muy recomendable probar el de cerdo ibérico asado a baja temperatura con salsa Hoisin!) y las gyozas, rellenas tanto de carne como de marisco.

No obstante, se mantienen con los pies pegados a la tierra (cordobesa) y lo demuestran en sus canelones artesanales de rabo de toro con bechamel suave. Forma parte de sus platos al horno de leña, junto a la lasaña de artesana de ternera avileña, el costillar de cerdo con salsa BBQ y el pulpo braseado sobre parmentier de pimentón de La Vera.

¿La carne? Poquita pero muy bien seleccionada: presa ibérica del Valle de los Pedroches; cochinillo asado en dos cocciones; lomo de vaca frisona de Cantabria.

En los postres tampoco arriesgan con sus milhojas de chocolate o de nata, tartas (con la de La Abuela a la cabeza) y siempre exitoso coulant de chocolate con helado de vainilla.

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