La Piscina: Una cocina con raíces y nuevos horizontes

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Abierto desde hace varios años, el Restaurante La Piscina de Villanueva de Córdoba varió el pasado junio su historia. A sus mandos se pusieron Antonio Gómez, un histórico de la hostelería jarota que acumula más de tres décadas de experiencia, y Pilar García, su indiscutible compañera. Ellos son los artífices de la gastronomía que puede degustarse en un restaurante que no entiende de estacionalidades a la hora de su apertura, que cuenta con varios espacios y que sustenta su éxito en la apuesta por los productos de la tierra, pero en ofrecer también a los clientes un viaje por otros lugares a través de su gastronomía.

La cocina en el Restaurante La Piscina es cosa de Antonio Gómez y hasta allí ha llevado sus conocimientos y las ideas que desarrolla en los fogones.

El cliente, si el tiempo lo permite, puede elegir entre la zona de terraza y el propio local, aunque la elección no varía para adentrarse en la propuesta culinaria. Con el objetivo de abarcar a una clientela cada día más amplia, el establecimiento ofrece menú del día —9 horas los días de diario y 15 los fines de semana y festivos—, pero también una amplia carta y otra más destinado al tapeo.

«Los clientes piden mucho las ensaladas, la de solomillo ibérico y también la de perdiz escabechada», relata Pilar García que apunta también que entre lo más demandado también se encuentra el particular salmorejo jarote, sin que eso sea óbice para una renuncia a las grandes carnes seña de identidad de la zona. Y conseguida la identidad de la zona, siempre se intenta alcanzar la propia y ahí entran las sugerencias que cada fin de semana pueden degustar los comensales y que hacen, sobre todo, un guiño a Galicia con berberechos, pulpo, mejillones o almejas. Los lazos y las distancias se estrechan a través del paladar y la fusión de lo mejor de varias cocinas. «Nuestra apuesta es la gastronomía de la zona, pero si hay algo que no tenemos pues lo buscamos y por eso traemos productos de Galicia, Plasencia o Valladolid», zonas que dan pie a unas sugerencias que «se venden muy bien» y es que al cliente le gusta adentrarse en nuevas formas de entender la cocina.

La variedad para que los que apuesten por algo más orientado hacia el tapeo se encuentra entre «los fresquitos» como la melva con tomate o el vaso de gazpacho, los pescados como el choco o el bacalao frito; o las croquetas, el lechoncillo frito o el flamenquín casero para los que opten por algo más de la tierra. Así, finaliza un abanico de opciones que se suman desde junio a lo que ofrece la hostelería de Villanueva de Córdoba a sus ciudadanos y visitantes.

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