¿Dónde tapear cerca de las cofradías del Lunes Santo?

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Los días pierden el ritmo de las horas y hay quien mide las jornadas en función de las salidas y entradas de las cofradías. Nada nuevo. Sevilla se paraliza en su semana grande y los más organizados sacan papel y lápiz para no perderse nada: aquí tenemos dos marchas para tomar una tapa, salimos hacia la salida de ese palio para llegar en menos de un solo de corneta o nos quedamos a tres saetas de este otro cristo y así los vemos a los dos.

Hermandad a hermandad y templo a templo, recomendamos los bares en los que hacer una parada durante este Lunes Santo. Tapas, calles y horarios para disfrutar de la Semana Santa con el estómago lleno.

El Polígono

El Cautivo del Polígono de San Pablo es el primero en salir de su templo en la avenida de la Soleá. Lo hará a las 11:30 de la mañana y el barrio nos descubre algunos rincones en los que esperar a las imágenes. Aunque no estén frente a la iglesia, sí se encuentran en las inmediaciones.

Chiva Tapas, al que tantas veces hemos ido desde esta casa para probar sus fabes y las croquetas de puchero, es uno de los más recomendados de la zona. Pero los jamones que dan la bienvenida tras la barra donde desaparecen las tapas de El Cateto no quedan atrás. La cocina tradicional con una extraordinaria relación calidad-precio es una constante que se repite en esta parte de la ciudad.

Interior del Bar El Cateto, en el Polígono de San Pablo

A Hermanos Carbajo muchos lo conocen como «el bar de las costillas», una fama que se han ganado a golpe de horno y cuchillo. Pregunten, además, por los primeros caracoles de la temporada. Y, si lo que les apetece son guisos marineros, Casa Paco El Buen Comer es, quizá, la mejor elección: el bacalao al ajo blanco confitado o el chipirón con gulas y gambas son algunos de los más aclamados.

Tapa de chocos en salsa de Casa Paco El Buen Comer

La hermandad tiene prevista su recogida antes de las 1:00 de la mañana y nuestras últimas sugerencias en el Polígono de San Pablo se presentan con nombres de guitarristas y toreros. Por un lado, Manolo Vázquez con sus arroces y pescados frescos. Por otro, La Jarana que ha subido algunos peldaños hacia la creatividad y nos ofrece, entre otros platos, el micuit de pato al Luis Felipe y las alcachofas rellenas de gambas al ajillo.

Santa Genoveva

El Tiro de Línea es otro revulsivo de gente, bares y emociones durante la jornada del Lunes Santo. Son muchos los que deciden acercarse hasta la Parroquia de Santa Genoveva a las 12:30 para ver la salida de la cruz de guía o la 1:00 para disfrutar de la entrada. Y uno de los bares más cercanos al templo es Casa Molina. Prueben su ensaladilla, el pescaíto del día frito y los serranitos, que se sirven en distintos tamaños.

La ensaladilla de Casa Molina, una de sus tapas estelares

Aquí los nombres se hacen cortos y certeros para bares con enjundia: Bar Benito y Bar Tomás. El primero de ellos enamora pos sus pavías de bacalao, los gambones a la plancha y el solomillo al whisky, mientras que el segundo trae aromas de san jacobo, menudo y cola de toro. Puro barrio.

En la Peña Bética Nuestra Señora de las Mercedes hay quien no revela sus colores para sentarse sin problemas a comer. Estamos, posiblemente, ante el adobo, los filetes y guisos más baratos de toda la ciudad. Casa Pepe, por su parte, planta su terraza cerca del itinerario que toma Nuestro Padre Jesús Cautivo para acoger a quienes prefieren las gambas al ajillo con jamón y setas o los chipirones a la plancha.

Cola de toro de la Peña Bética Nuestra Señora de las Mercedes

Para terminar, en la frontera entre con El Porvenir, los propietarios de la Cervecería Monreal sacan la bandera del montadito con gusto y sin complejos. También tienen entre sus emblemas a las papas aliñás y los pimientos de Padrón.

La Redención

Los horarios de salida y de recogida de El Beso de Judas coinciden con los del almuerzo y la cena. Aprovechando esta casualidad, la mención a Becerrita parece obligatoria. Su ensaladilla es una vieja conocida e inmortal, la presa ibérica se acompaña de mostaza crujiente y las barquillas de anchoas imperiales siempre llegan a buen puerto.

Existen, sin embargo, alternativas igualmente recomendadas. El Rinconcillo y El Traga son dos ellas. Uno por lo que tiene de castizo y romántico, otro por lo de moderno y personal. Elijan: ¿espinacas con garbanzos o pluma ibérica en dos cocciones acompañada de boniato?

Interior de El Traga

Casa Eme es una pequeña ermita en el corazón de Puerta Osario. Una barra de acero, seis mesas y pretensiones de gustar. Así han conquistado a su clientela, que acude en busca del montadito de foie de pato y jamón, la tortilla con salsa al whisky y, con algo de suerte, las coquinas.

Para cerrar este breve listado, acudimos a Latabarra, una abacería que sigue el camino de lo exótico y colorido, pues tanto el bacalao con gratén de alioli y puerros como el solomillo Ibérico con coulish de fresa así lo demuestran, y a Da Pino. Dicen que en este restaurante italiano se aparece el Mediterráneo entero sobre las mesas.

Santa Marta

El recorrido de Santa Marta es corto pero intenso. Su paso de misterio saldrá por la tarde y tiene prevista su vuelta al templo sobre las 22:15. ¿El primer sitio que se nos viene a la mente para cenar? Por supuesto, el Bar Santa Marta. Este rincón es conocido por su tortilla y el flamenquín de extraordinarias dimensiones, aunque la ensaladilla y las papas aliñás también son buenos argumentos para regresar. Traten de hacerse un hueco en la barra.

Flamenquín del Bar Santa Marta

Si buscan un espacio en el que sentarse con tranquilidad, tanto El Gallinero de Sandra como Cañabota son buenas opciones. Si bien, es imprescindible saber que funcionan bajo reserva, y más aún en estas fechas. Cada uno tiene un concepto diferente de cocina pero les une la apuesta por los pescados, la comida mediterránea y la búsqueda de la excelencia.

La Azotea nos brinda tres de sus locales en un mismo tramo de la calle para convencer a todos los gustos y paladares. Así podemos escoger entre La Tienda, a modo de abacería, el despacho de vinos en el que también se puede tapear y su restaurante. Apuntamos, además, las originales vieiras, sus carnes y mariscos.

Platos de pescado fresco en La Azotea

Los tiradores de cerveza de Maquila y Perro Viejo, en este momento, ya estarán casi exhaustos, pero aún les quedan fuerzas para algunas cañas más. Lo mejor en estos establecimientos es decantarse por pequeños platos al centro para compartir. Salsas, una pizca de vanguardia y lúpulos artesanos para los que quieran huir de la tradición por tan solo unos instantes.

San Gonzalo

Antes de que el bamboleo de la gracia y el genio entre en el casco histórico, Triana se convierte en patria chica del taburete y la tapa. La vuelta de San Gonzalo, que antes de las 00:00 buscará los reflejos del puente, también es una de las más esperadas. Tanto si nos acompaña la luz del día como si esperamos al Soberano Poder de madrugada, el arrabal cofrade de Sevilla solo ofrece alternativas para descansar.

Abrimos el programa de mano, tomamos el bolígrafo y a apuntar: Casa Maera y Casa Ruperto. En el primero resultan imprescindibles los garbanzos con langostinos, sus arroces y los pescados que echan la vista a la orilla de Isla Cristina. En el segundo, por el contrario, miran al cielo de las codornices fritas y los techos de cabrillas y pringá.

Codorniz frita de Casa Ruperto

Mencionar a la costa y a Triana es una forma sutil de evocar a Jaylu, donde la materia prima juega a lo sublime con un velo preciso de tradición. Pero el mar también comienza en el adobo que se escapa de las cocinas de la última apertura de Blanco Cerrillo y en las capturas que se muestran como trofeos en las vitrinas de Mariscos Emilio La Torrecilla (Avenida de Coria, 5). En este último, la ensaladilla y los fritos se sirven a raudales y en el espacio amplio de un antiguo cortijo.

Exterior del restaurante Jaylu

Calcular la cifra exacta de bares por habitante que hay en este barrio es una tarea compleja que seguro revelaría unos resultados sorprendentes. Pero este repaso culinario debe terminar sin extenderse demasiado y mencionar a Salomón es una buena forma de hacerlo. El Rey de los Pinchitos, como se le conoce, vive en El Tardón rodeado de patatas bravas, solomillos a la diabla y boquerones en vinagre.

Vera Cruz y Las Penas de San Vicente

Las dos hermandades siguientes tienen cerca sus sedes y cada Lunes Santo rompen la tranquilidad de San Lorenzo a golpe de freidoras y devotos. Antes de las 21:00, sus imágenes titulares estarán en la calle y los bares y restaurantes de la zona recibirán a la mayor parte de los comensales.

La Azotea, de nuevo, vuelve a ser una de nuestras sugerencias, aunque las opciones se multiplican a medida que avanzamos por los adoquines de esta ciudad. El restaurante Eslava es patrimonio de Sevilla después de más de una década trabajando por un equilibrio constante entre la creatividad y la tradición. Si encuentran algo de espacio en la barra o el interior, que lo disfruten.

Un cigarro para Bécquer, Eslava

Al-zait, al igual que el anterior, se encuentra entre los Bib Gourmand de la Guía Michelín. Su coquetería, el ajoblanco con granizado de tinto y uvas y la vieira con caramelo de pistachos así lo merecen. ¿Y si les apetece algo de sushi? Pues Nazca, donde también podrán probar ceviches y un sabroso bacalao en tempura con aceitunas. ¿España, Perú o Japón? Si alguien echaba de menos Italia, Al Solito Posto será siempre un acierto: pasta fresca, pizzas variadas y una carne que marida a la perfección con las sugerencias de sus camareros.

En la AntiguaAbacería de San Lorenzo hace tiempo que iniciaron un viaje en busca de las raíces. El local rebosa personalidad y vivencias y la sopa de tomate o la tortilla de espinacas son algunos de sus platos estrellas. Al igual que en Dmercao, los arroces y el atún son el santo y seña que todos deberían apuntar en las comandas.

Antigua Abacería de San Lorenzo

Para terminar, Edición Limitada, justo al frente, tendrá la oportunidad de darse a conocer aún más entre el público sevillano durante esta Semana Santa, ya que no hay otra fecha en el calendario donde este escenario esté más concurrido. Su selección cuidada de vinos y la cocina saludable que promueven será del gusto de muchos.

Las Aguas

Las Aguas, que tantas estampas regala durante su preciado trayecto, saldrá de la Capilla del Rosario en torno a las 18:30. Por ello, el listado de bares que les recomendamos son válidos tanto para un almuerzo con sobremesa como para la cena.

El restaurante más cercano al pórtico de la iglesia es Petit Comité. Su cuidado diseño y el particular estilo de la decoración guardan una cocina imaginativa pero que busca todos los públicos. Algo similar a lo que sucede con L’Artisan. ¿Conocen sus ostras, el sashimi de salmonete o su salmón ahumado con crema de limón?

Plato de pulpo de Petit Comité

La ortodoxia, sin embargo, la encontramos en la sopa de galeras de La Moneda. En sus ortiguillas fritas y en las cucharas chipioneras que deleitan desde tierra adentro. Muy próxima a él, Postigo 10 custodia el arco por el que pasará la Virgen que porta un pequeño sombrero mexicano camino de la Catedral. Como sugerencias de este establecimiento, apuntamos el pastel de berenjenas y calabacín, el solomillo al Pedro Ximénez y las setas con jamón.

Tapas de La Moneda, frente al Arco del Postigo

¿Jamón? Pues sí. Cinco Jotas también se ubica cerca del recorrido de la hermandad de Las Aguas. Además de lo que ya nos sugiere el nombre, las espinacas y el salmorejo también son algunas de sus especialidades.

La elección más difícil, quizá, está en las bodeguitas. ¿ Reyes de Antonio Romero o Casablanca? Dos emblemas de charla y tapa que resultan idóneos para estas fechas. Como los anteriores, también se los recomendamos.

El Museo

El Museo será, otro año, la cofradía encargada de cerrar el Lunes Santo. Su palio es el último paso que verá la calle y no será hasta al menos las 3:15 de la madrugada cuando regrese al templo. ¿Planeamos algo para la cena? Porque el Donald no queda lejos de la plaza donde se clausura esta jornada. La ensaladilla, el atún con salsa de perdiz y su brazo sanluqueño siempre merecen una visita. Si bien, Ignacio Vidal (calle Canalejas, 2), con su carpaccio de gambas y el tataki de atún a la bandera, también tiene numerosos adeptos.

El brazo sanluqueño de Donald

«A Barrabás, durante la Semana Santa, lo único que podría fallarle es el nombre», bromean algunos. Este restaurante aterrizó hace unos meses en plena Plaza del Museo con 150 referencias de vinos y una carta que invita al picoteo informal. El chorizo en salsa de tomate y la carrillada ibérica nos esperan impacientes desde los fogones de este recién llegado.

La noche se echa encima y quedan sugerencias en el tintero. Permitan una recomendación postrera: Mechela. El Lunes Santo se termina en una fachada noble de Sevilla y estas teclas ultiman lo que dicta el apetito: lasaña de verduras, gambón acompañado de ajoblanco, alubias con berberechos… Y más.

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