Kevin Francis de Deli Deli: «Los clientes valoran que los repartidores tengan buenas condiciones»

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Deli Deli es un proyecto de 3 vecinos de la calle Feria: Kevin Francis Whalen, Andrés Cifuentes e Israel Boza, cuyo interés se despertó durante el confinamiento. «Creamos un proyecto solidario juntos No Me Han Dejado, para que los clientes de varios restaurantes de la zona pudiesen comprar bonos para canjear una vez que abrieran sus puertas de nuevo tras el confinamiento, aportándoles liquidez para sobrevivir durante el cierre temporal», explican.

El proyecto fue bien recibido por la comunidad y recaudó más de 15.000 euros para estos establecimientos. «Al terminar el confinamiento, varios restaurantes contactaron con nosotros para comentarnos la necesidad de reinventar la hostelería y buscar nuevas vías para poder seguir disfrutando de una cocina de calidad sin movernos de casa.

Así surgió la idea de DeliDeli». GURMÉ Sevilla habla con Kevin Francis Whalen, uno de los creadores de la plataforma.

Habláis en vuestra carta de presentación sobre un reparto justo y ético. ¿Cómo lo lográis?

Todos los repartidores están contratados según el convenio de la hostelería. Las horas se cumplen y si hay horas extras, se pagan como se deben. Los clientes están dispuestos a pagar un poco más cuando saben que los trabajadores tienen buenas condiciones.

Esto marca una diferencia…

Por supuesto. Primero es ético y, ligado a ello, el cuidado que tiene un trabajador con buenas condiciones laborales con su trabajo no es el mismo que alguien que no está a gusto. A los restaurantes que trabajan con nosotros les gusta que el reparto sea cuidado y personalizado.

¿Qué tipo de cocina se puede encontrar en Deli Deli?

Hay variedad de cocinas y siempre son negocios que basan sus trabajo en la calidad del producto que ofrecen. En estos momentos trabajan con Deli Deli La Azotea, Condendê, Contenedor, Atticus Finch Burger, Barra Baja, Mumbai, Zelai, Taquería La Lupe, 4 Almas, Veganí, Casa Dimas, Milongas, El Cocinero Feliz, EL Pasaje, La Locanda di Andrea, Fromages de Fermiers, Ojalá Tapas y Vinos, Bottega Italia y Brunchit.

¿Cómo se personalizan los repartos?

Los restaurantes pueden pedir cómo quieren que sea el servicio y siempre nos adaptamos a ellos. Tenemos línea directa con los negocios para que todo salga redondo. Así, con la personalización del servicio, muchos que no se habían planteado hasta ahora el reparto a domicilio se están animando tanto por la parte económica como por no perder el vínculo con clientes que en la situación actual no quieren o no pueden ir a comer o a cenar a los locales.

Una muestra de cómo nos adaptamos para que el reparto sea perfecto lo tenemos en Contenedor. Ellos preparan la comida al 98 por ciento y llega al cliente con sus instrucciones para terminar el cocinado y emplatar. Otro ejemplo es La Azotea, que son muy profesionales y exigentes. Ahora queremos ofrecer tarjetas de regalo para la Navidad y lo planteamos como un proyecto en el que volcarnos.

¿Cómo se utiliza la plataforma?

No es necesario tener una cuenta, aunque si se crea es más fácil todo. Básicamente entras en delideli.es, seleccionas restaurante y productos. Puedes programar la hora a la que quieres que te llegue o seleccionar «lo antes posible». Se paga con tarjeta y somos muy puntuales.

¿Hasta dónde llega el reparto?

De momento cubre el centro ampliado, Los Remedios, Triana, Macarena, Nervión… Llegamos hasta Santa Clara, Gran Plaza y la zona del Virgen del Rocío. El precio varía según la distancia.

¿Cómo está siendo la respuesta de los consumidores?

Positiva. Empezamos como un experimento y ahora tenemos seis repartidores en plantilla, las ventas se multiplican cada mes y los restaurantes que entran ven un crecimiento en su delivery.

¿Cómo veis el futuro?

Pronto vamos a sacar la app para móviles y estamos en pleno proceso de inclusión de tiendas gourmet en la plataforma.

¿Y en un futuro menos próximo? ¿Exportaréis el modelo a otras ciudades?

Nosotros vamos contra tendencia. Los tres vivimos aquí y queremos seguir viviendo en Sevilla, sin pensar en crecer en ese sentido. Nos centramos en hacer bien lo nuestro, que es vender el negocio, no el producto.

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