Apertura
La Frida, cocina mexicana de autor en la calle Betis
El espacio lleva un mes en manos del chef Fernando Cativelli, quien huye del «tex-mex» con una carta basada en la alta restauración del país caribeño
¿Qué sitio es? En la calle Betis hay un establecimiento de aire mexicano que se llama La Frida y acaba de estrenar una nueva etapa, con nuevos socios que lo han transformado tanto estéticamente como culinariamente.
¿Quién está detrás? El chef mexicano Fernando Cativelli, formado en la Universidad Le Cordon Bleu de París, está al frente de la cocina, acompañado de otros socios como Francisco Alvear y Javier Luengo.
¿Cómo es su cocina? Han apostado por recetas inspiradas en la alta cocina mexicana, huyendo del extendido «tex-mex». Todo se elabora íntegramente en su cocina, desde los moles hasta las masas de las tortillas. El 95% de su carta es libre de gluten y muchos de los productos provienen directamente de México.
¿Qué tienen para empezar? Desde guacamole a aguachile verde con pescado fresco del día, a ceviche de mango y piña asada con salsa de habanero. La fusión con productos españoles está muy presente en la carta, con propuestas como milhoja de regañá con tartar de boquerón y anchoa, deconstrucción de tamal con rabo de toro o molcajete de chicharrón de atún salvaje y salsa chipotle.
¿Qué más hay? Sopas típicas, como pozole azteca o frijolada de leguminosas negras; ensaladas y platos principales del estilo de bacalao a la Veracruz o mole con codorniz salvaje.
¿Cómo son los tacos? Tienen los tradicionales (pastor, pibil, tinga de pollo, carnitas...) y otros de autor, con ingredientes como manitas de cerdo, carrillada, pato o calamar.
¿Y los postres? Hay paella dulce de arroz, trilogía de trufas o lingote de tres leches, entre otros.
¿Qué tienen para beber? Hay coctelería de autor, que emplea tequials y mezcales mexicanos en la mayoría de las creaciones. Tienen aguas saborizadas con aromas de frutas tal cual se venden en las calles de México.
¿Cómo es el espacio? Con veladores en la misma calle Betis, hay un interior profundo donde abundan los guiños constantes al personaje de Frida Khalo. En las paredes hay elementos decorativos que recrean el rostro deconstruido de la artista: desde su entrecejo a sus labios o las flores de su pelo.
Sacos de maiz tamizan las luces del techo y en una de las paredes destacan trajes típicos mexicanos. Predominan los tonos oro y petróleo en todo el espacio, que está dividido en una primera sala de mesas altas y otra al fondo para encuentros más formales.
¿Dónde están? En la calle Betis, 41.
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