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GUÍA

Restaurantes de la provincia donde asomarse al Guadalquivir

Desde La Puebla del Río hasta Gelves, vamos a recorrer diferentes restaurantes con propuestas variadas y un punto en común: la ribera del Guadalquivir como telón de fondo

Cristina Torres

Aunque la provincia de Sevilla cuenta con veinticuatro pueblos por los que discurre el río, solo algunos de ellos cuentan con la orografía adecuada para construir a escasos metros la marisma.

En esta guía recorreremos los restaurantes que han podido escapar a la Ley de costas ofreciendo unas vistas espectaculares del paisaje y los productos típicos de su entorno : arroces, albures y hasta lubinas de río.

Restaurante El Velero (La Puebla del Río)

La Puebla del Río

Esta travesía fluvial comienza en la Taberna El Velero , uno de los restaurantes icónicos de La Puebla.

Pablo Palma es la tercera generación de este restaurante que vio la luz en 1983 cuando su padre José junto a su tío Manuel, reconvirtieron estos terrenos en el negocio familiar gracias a una indemnización que recibió José tras el cierre de la fábrica de maíz en la que trabajaba.

Su abuelo José da Palma, un emigrante portugués que recaló en La Puebla para trabajar en la agricultura, les enseñó a cultivar diferentes hortalizas en los terrenos recién adquiridos.

Arroz con pato, Restaurante El Velero (La Puebla del Río)

Poco después abrieron un pequeño bar junto al cultivo, siendo esta la primera semilla de lo que hoy es El Velero, un restaurante que cada semana recibe a cientos de visitantes para probar las especialidades de su carta: los arroces de pato , bogavante con carabineros, negro con puntillitas alioli, de verduras, arroz ibérico… etc. Su propuesta se centra en los productos de la zona donde tratan de conjugar una materia prima de calidad con recetas tradicionales.

Sin salirnos del terreno encontramos con Asador El Rezón , el restaurante de Manuel Palma , tío de Pablo. Él fundó junto a su hermano la taberna de El Velero hasta que algunos años después, el 1995, decidieron partir el terreno en dos. En su mitad Manuel abrió El Rezón, un negocio que hoy capitanea junto a su hija Mónica, la jefa de cocina, y del que vive toda la familia.

Asador El Rezón (La Puebla del Río) Jose María Casco

Al igual que su restaurante vecino, ofrece varios arroces como el de pato –especialidad de la casa– , de marisco, bogavante, perdiz o setas.

Como buen asador, tampoco faltan las carnes a la brasa con piezas como solomillo de ternera, chuletillas de cordero o las carnes de cerdo ibérico. Entre los pescados, sus dueños nos recomiendan el bacalao al ajillo con almejas y gambón o los camarones fritos con pisto y huevo , una receta tradicional de La Puebla.

Arroz con bogavante, Asador El Rezón (La Puebla del Río) José María Casco

Otro de los reclamos de su carta son los postres y helados caseros, como el helado de higos, el de caramelo o el pastel de boniato que Mónica recomienda.

En la misma acera y a pocos metros de estos restaurantes, hay un pequeño barecito donde disfrutar de una Cruzcampo bien fría contemplando el río. Se trata de la Peña de pesca “El Mirlo” que toma el nombre de su propietario, como le conocen los habitantes del pueblo. La peña solo sirve almuerzos a mediodía y una propuesta de tapas de pescaíto, revueltos, serranitos y otros montaditos.

Coria del Río

El paseo fluvial de Coria, uno de los más ricos en cuanto a número de restaurantes, aguarda establecimientos donde disfrutar del Guadalquivir con diferentes propuestas gastronómicas.

Uno de ellos es Esturión , ubicado en la antigua fábrica de caviar de esturiones que antiguamente se pescaban en el Guadalquivir. El restaurante cuenta con dos plantas y varios salones acristalados para comer mirando al río , además de un frondoso jardín para disfrutar de comidas y cenas al aire libre.

Albur a la brasa, restaurante Sevruga (Coria del Río)

Su propuesta es una cocina mediterránea con platos típicos del entorno , como el arroz con pato, el albur de estero, el esturión o los buñuelos de bacalao, así como de carnes a la brasa. En primavera y verano también sirven desayunos en la terraza, siendo además un espacio de eventos durante todo el año.

El siguiente establecimiento de este paseo es el bar Los albures , un pequeño local con más de sesenta años de historia que ha pasado de mano en mano hasta llegar a las de Antonio Macoba, su actual gerente.

Antonio tomó las riendas en 2018 y desde entonces ha trabajado para recuperar una clientela que según él “había perdido la confianza en el bar tras varias malas gestiones”.

En la terraza puedes sentarte a ver los barcos con una manzanilla fría , un mosto aljarafeño o una cerveza helada y disfrutar de su tapeo, donde no faltan el albur que preparan frito, en adobo o a la plancha, pescaíto frito, mariscos de Sanlúcar y carnes ibéricas de bellota a la brasa.

Pared con pared se erige el Restaurante Sevruga , uno de los más laureados del Aljarafe, que desde 2012 lleva cosechando menciones y recomendaciones en la guía Michelin.

Irene Román y José Barrera, restaurante Sevruga (Coria del Río)

Sus propietarios, Irene Román y José Barrera –o Pepín, como le llaman cariñosamente sus amigos– son un matrimonio que ha sabido adaptarse a las necesidades de cada momento, mejorando su formación y evolucionando la propuesta gastronómica hasta convertirse en uno de los restaurantes imprescindibles del lado derecho del Guadalquivir.

Su cocina se basa en el respeto del producto y la materia prim a, esa que permite resaltar los sabores nítidos de cada pieza y que en Sevruga combinan con el aroma de las brasas de su horno Josper.

Pulpo a la barasa, restaurante Sevruga (Coria del Río)

Carnes maduradas de infinidad de razas y orígenes, pescados de río, caviar, woks… Su carta está repleta de opciones para todos los gustos y bolsillos, y se renuevan constantemente para sorprender a sus comensales.

Entre sus últimas propuestas, ravioli de esturión con crema de calabaza y mantequilla de caviar o los róbalos –lubinas de río que cogen los pescadores de albures de la zona– con escabeche de zanahoria y mayonesa de piparras.

Las cuatro plantas del local ofrecen multitud de espacios: terrazas, reservados, una extensa bodega repleta de referencias con mesa privada, y una sala en la primera planta cuya pared de cristal regala una panorámica exclusiva del río.

Restaurante Sevruga (Coria del Río)

Caminando unos minutos, frente al embarcadero donde recala la barcaza transfluvial, llegamos a uno de los bares históricos del pueblo: la Venta del Mellizo , un kiosko que desde la primera década del siglo pasado sirve cervezas, chacinas y montaditos a vecinos y viajeros del ferry, hoy gestionado por José Manuel Gollete.

Por último, llegamos a Lantana , un restaurante con un concepto de c ocina de mercado a base de productos de proximidad y elaboraciones cien por cien caseras.

Su chef ejecutivo, Raúl Garcí a ofrece una carta repleta de posibilidades con hasta seis elaboraciones de atún rojo de almadrab a, carnes maduradas y una amplia variedad de arroces.

Al terminar el almuerzo o cena, se puede continuar disfrutando de las vistas en la terraza superior del restaurante con sesiones de DJ para copas de tarde y discoteca nocturna.

Puerto Gelves

Gelves

Cogiendo la carretera A-8058 llegamos a la última parada de nuestra ruta gastronómica por el Guadalquivir: el puerto deportivo de Gelves con tres restaurantes para comer frente a los pantalanes.

El primero es El rinconcito del Puerto , un restaurante donde disfrutar del pescado fresco que cada día, Jose Manuel Amador , trae de las lonjas de Isla Cristina, Chipiona o Rota para ofrecer la relación calidad-precio con la que ha conquistado a su clientela.

Terraza El rinconcito del puerto (Puerto Gelves)

El restaurante inicia su andadura en el año 2011, cuando su padre y su pareja Puri, que ya tenían un local en la esquina contraria del puerto cogen el espacio.

Tras varios años entre diferentes familiares, en 2018 José Manuel coge las riendas para convertirlo en lo que es hoy: un espacio de barra interior con una amplia terraza en la que han triplicado el espacio de cocina y el número de asientos. “Hemos pasado de seis u ocho mesas a sesenta o setenta”, comenta el propietario.

Barca de espetos, restaurante El rinconcito del puerto (Puerto Gelves)

Si almorzar entre barcos no es suficiente premio, su barca de espetos termina el trabajo. Calamares de potera de kilo o kilo y medio, patas de pulpo gallego, salmonetes, chovas, sargos, lubinas, pijotas, choco salvaje de Huelva…

Su repertorio marinero es amplio, pero los que sean más de carne no tienen por qué preocuparse si recalan en este “rinconcito” porque también pueden elegir codillo de cerdo al horno , grandes piezas de tomahawk o presa ibérica, entre otras opciones.

Terraza Seispies (Puerto Gelves)

En el mismo puerto se encuentra Seispies, el local de Teresa López Bujalance . Gelveña de toda la vida, en 2020 llegó a sus oídos que traspasaban el local y no quiso desaprovechar la oportunidad. “La ubicación es privilegiada, con una reforma y un nuevo estilo decorativo, sabíamos que tenía muchas posibilidades”, comenta.

Las mesas de la terraza se entremezclan con los mástiles de los barcos dando la sensación de estar tomando una cerveza frente al mar. Y ese es precisamente su concepto: c ervezas y tapas sencillas –no tienen salida de humos– con copas de tarde, a la que añaden una variada repostería.

Valerio Testoni y Massimo Varsallona, Il piccolo porto (Puerto Gelves)

El último espacio que proponemos es Il piccolo porto , un rinconcito italiano donde transportarte al país alpino en cada bocado. Aromas a tomate, orégano, berenjena asada y queso pecorino te dan la bienvenida en este pequeño restaurante con terraza frente a la última dársena que aguarda los barcos varados.

Un restaurante que cuenta la historia de dos amigos, la de Valerio Testoni y Massimo Varsallona , dos italianos que cruzaron su camino en Sevilla hace casi seis años. En 2021, encontraron este local para poner su bandera y abrir la embajada de los sabores de su infancia.

Valerio es el maestro pizzaiolo y Massimo el chef que elabora pastas y salsas, entre otras recetas. “ Queríamos un sitio donde comer como en nuestra casa y esos son los sabores que compartimos aquí”, comenta Massimo. No son de la misma ciudad, Valerio es de Ascoli Piceno y Massimo de Bolonia, por lo que cada uno aporta su herencia organoléptica a cada receta.

En cuanto a la oferta gastronómica, todas las elaboraciones son suyas: pastas frescas, masas de pizzas de fermentación controlada durante 48 horas y salsas caseras con ingredientes del entorno o importados directamente desde Italia.

En su carta encontramos lasaña boloñesa, canelones de ricota, parmigiana de berenjenas y hasta casi treinta pizzas a elegir entre las “pizzas biancas”, las que llevan salsa de tomate y las calzone.

Cada semana elaboran una pizza de sugerencia y reconocen que, aunque el servicio a domicilio ha sido tentador en algún momento, no se quedan satisfechos en cómo llega la pizza a casa media hora después de salir del horno. “No es nuestro producto”, afirma Valerio, “por eso preferimos no tener delivery, aunque sea arriesgado, preferimos que la gente venga y pruebe las pizzas tal y como son”, concluye.

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