Entrevista
Manolo Rodríguez y Pepe Rodríguez: «Las tabernas son los sitios en los que te encuentras con la gente»
Están al frente de Manolo Cateca y La Fresquita, dos barras sevillanas con pedigrí. Su amor por la profesión les ha convertido en protagonistas de la Mención de Cruzcampo en los Premios GURMÉ 2022

Sus barras son iconos de la Sevilla de siempre. Manolo Cateca y La Fresquita defienden la tradición de las tabernas de toda la vida, esas que destilan autenticidad y carácter y que habría que proteger como si fueron tesoros.
Al frente de estos dos espacios tan singulares se encuentran dos hermanos: Manolo Rodríguez lleva el timón de Manolo Cateca, una antigua goleta que lleva diez años navegando y está inundada de sabores y buenos momentos, mientras que Pepe Rodríguez dirige con paso firme La Fresquita desde hace 30 años, templo del cerveceo más puro y el ambiente cofrade más genuino.
Ambos acaban de recibir la Mención de Cruzcampo en los Premios GURMÉ 2022 por su trayectoria y su saber hacer diario y, especialmente, por llevar con orgullo y admirable entrega la profesión de tabernero.
Con esa excusa los reunimos una mañana de esta recién estrenada primavera en Manolo Cateca, poco antes de que empiece el goteo incesante de parroquianos.

¿Qué supone la llegada de la primavera para el tabernero sevillano?
Pepe Rodríguez: Vivimos esta fecha con mucha intensidad, todo el mundo llega a la taberna comentando lo bien que huele el azahar, cada noche hay alguna cita propia de la Cuaresma, el aroma a incienso..., todo muy volcado en la Semana Santa.
Manolo Rodríguez: Cateca no es tan cofrade como el bar de mi hermano pero lo que más se comenta estos días es que se va el frío y llega el buen tiempo. Aquí ya pensamos en la Feria y en el Rocío...
¿Qué ofrecen al cliente sevillano para que siga siendo fiel a sus tabernas?
Manolo Rodríguez: La gente viene porque sabe que estamos al frente de los negocios, que intentamos hacerlo lo mejor posible, incluso haciendo esfuerzos, porque a veces no puedes ni levantar la cabeza de la barra de la cantidad de trabajo que hay, pero eso nos gusta y nos divierte.
Pepe Rodríguez: Los taberneros sabemos disfrutar con nuestro trabajo.
¿Qué es lo que más les gusta de su día a día?
Pepe Rodríguez: Que el cliente se vaya con una sonrisa y vuelva. Para mí no hay mayor satisfacción que ver cómo la gente vuelve y trae a sus amigos.
Manolo Rodríguez: Eso es lo principal, por eso es por lo que se trabaja cada día. Yo me levanto todas las mañanas para venir a la taberna y disfrutar al máximo del día.
¿Valora el público sevillano esos espacios personales con rostros conocidos tras la barra?
Manolo Rodríguez: Claro que los valora, porque es como llegar al salón de su casa. Si viene con problemas te los cuenta y si viene contento lo cuenta también. Y si viene aburrido llega y pasa un buen rato contigo.
Pepe Rodríguez: Yo siempre digo que es un confesionario entre comillas, porque hay confianza entre el cliente y el tabernero, tanta que en muchos casos deriva en amistad. Las tabernas son los sitios en los que te encuentras con la gente, tanto la que ves a menudo como la que hace tiempo que no te encuentras.

¿Qué defensa hacen de las tabernas de siempre frente a la nueva hostelería que impera en el centro?
Pepe Rodríguez: Es importante hacerle hueco a todo lo que llega, innovaciones, cocinas de nivel, de maridaje, pero lo que no se deben perder son los sitios tradicionales, porque hay tabernas que al final tienen que acabar cerrando.
Manolo Rodríguez: En este tipo de establecimientos se trabaja diferente que en los restaurantes, el cliente sigue teniendo esa mentalidad de llegar y hacerse hueco aunque esté lleno, le cuesta entender que a veces no se le pueda atender. Es importante que el público sea flexible y comprenda que cuando hay exceso de aforo no podemos hacer nada. Estamos llenos y no se puede atender a todo el que llega ni invadir la vía pública.
Pepe Rodríguez: Sevilla está acostumbrada a beber, por su clima y por su idiosincracia. ¿Qué persona no llega a una taberna y quiere su bebida y salirse a la calle con ella? Y no se entiende por qué en esta ciudad eso no está permitido, cuando sí ocurre en otras partes de Andalucía donde no hay ese problema.
¿Sigue siendo Sevilla la reina del codo con codo?
Manolo Rodríguez: Sin lugar a dudas. Cada vez hay menos sitios con barra y los pocos que quedamos somos muy valorados. Pero insisto en que todo el mundo no puede llegar a la vez y pretender que se les atienda, y eso es algo que está pasando mucho últimamente.
Pepe Rodríguez: Todo el mundo dice que no hay nada mejor que el dolor de codo que da la barra (risas)...
Y a pesar de que todo está más masificado como comentan, ¿continúa en sus barras teniendo protagonismo la figura del parroquiano?
Manolo Rodríguez: Aquí tenemos clientes que vienen cada día y nada más que falta uno preguntan todos por él.
Pepe Rodríguez: Igual en La Fresquita, llegan muchos clientes conocidos aunque también otros que no lo son. Todos son bien recibidos.
También son un escaparate para el que viene de fuera, ¿de qué manera viven el turismo?
Manolo Cateca: Yo no tengo carta en idiomas y no hablamos inglés pero llegan turistas y al final nos entendemos. O bien hay otro cliente que hace de traductor o con el móvil nos dicen lo que quieren. Aquí se trata a todo el mundo igual, al turista y al parroquiano.
Pepe Rodríguez: Muchas personas que vienen de fuera traen un gran conocimiento de vinos o algún referente de lo que quieren tomar. Nosotros en La Fresquita somos más de cerveza y cuidamos los detalles. Somos de los primeros que empezamos a servirla en vaso de cañón o de sidra, que se hacían en la fábrica de cristales de Miraflores y ya se han popularizado.
Manolo, fue su hermano Pepe el que le introdujo en este sector, ¿qué lecciones le dio?
Manolo Rodríguez: Llevo diez años al frente de la taberna y «el culpable» fue Pepe. Me tuve que reciclar con 50 años y él me dijo «con lo que te gustan los vinos y las tabernas ¿por qué no montas una»? Soy más de vinos pero Pepe me enseñó a tirar la cerveza porque es el número uno.
¿Y le dio también algún consejo para tratar con el público?
Manolo Rodríguez: Yo con el público llevo tratando desde los 14 años que empecé a trabajar de carnicero y he sido frutero, pescadero, delegado regional de una empresa de baños... Estoy muy acostumbrado a tratar con las personas.

¿Cómo definirían al cliente sevillano que disfruta de las barras?
Pepe Rodríguez: La clientela sevillana hay que darle un 10, un sobresaliente. Porque sabe de esto, sabe moverse en las bullas, las Feria, el Rocío, la Semana Santa... y disfrutar de sus tabernas.
¿Darían algún consejo a los jóvenes que sueñan con tener su propio negocio?
Manolo Rodríguez: Que cojan las riendas de su negocio y que hagan lo que crean que tienen que hacer pero estando ellos al frente. Hay muchos grupos que creen que la hostelería es inversión y ganar dinero sin dar un palo al agua y es un sector en el que hay que echar muchas horas y estar pendiente de todos los detalles. Al menos en una taberna de este tipo.
Pepe Rodríguez: Lo primero es creer en ti mismo. Si vas a abrir una taberna tienes que estar enamorado de ella y ponerle todo el cariño.
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