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Zelai dice 'adiós' tras 16 años de trayectoria: «Ha sido una decisión muy difícil»
El restaurante de la calle Albareda dió este 7 de septiembre su último servicio después de más de una década sorprendiendo con sus recetas. Desde GURMÉ hemos hablado con su propietaria, Paloma Valenzuela, para conocer los motivos de este inesperado cierre
Zelai: «Sorpresas te da la vida»
Mano a mano entre Paloma Valenzuela (Zelai) y Javier Almansa (Restaurante Almansa)

Si la semana pasada nos despedíamos de Mesón Casa Luciano , hoy toca el turno de decirle adiós a Zelai , un local en pleno centro de Sevilla que desde su apertura siempre apostó por ofrecer una cocina creativa con guiños al recetario vasco, donde el producto era protagonista.
Un espacio mitad bar, mitad restaurante, que siempre fue un soplo de aire fresco en la hostelería sevillana gracias su manera de integrar platos de otras zonas del mundo con la cocina mediterrántea, ofreciendo una propuesta divertida para tapear y compartir que ha alegrado durante mucho tiempo los paladares de quien se detenía en su moderno local de la calle Albareda.
Al frente se encontraba Paloma Valenzuela , quien durante 16 años se ha encargado de sacar el negocio adelante y sortear las olas que han azotado tanto su vida personal como profesional: una pandemia, varias crisis económicas, un divorcio, la maternidad... Una amalgama de circunstancias que le han hecho poner punto y final a lo que ha sido una de las historias de amor más intensas de su vida. «Zelai ha sido como mi primer hijo, el mayor de los tres. Se ha llevado tanto cariño como esfuerzo sacarlo adelante», ha explicado a GURMÉ.
Sobre los motivos que le han conducido a tomar esta decisión , que como asegura, «ha sido muy difícil», destacan los problemas de conciliación y la búsqueda de conseguir un equilibrio con su vida personal. «La maternidad merece vivirse plenamente. La hostelería es muy dura y siento que, en este momento, mis hijos me necesitan, requieren más tiempo y quiero estar con ellos», ha relatado a GURMÉ.
Reconoce que se siente «triste y melancólica» porque « han sido unos años muy bonitos, cargados de buenos momentos, de historias y de personas que han hecho muy bonito el día a día. Si hay algo que me apena profundamente, es haberme despedido de mi equipo y del personal que hacía que Zelai fuese posible».
Sin embargo, confiesa que también siente «un profundo agradecimiento a la hostelería, a su clientela y ha los momentos vivido», ya que «aunque haya habido algunas épocas duras, Zelai me ha dado mucho». Una gratitud que ha reflejado en el perfil de Instagram del restaurante, en la que por primera vez, Paloma ha querido hablar en primera persona para comunicar el cierre.
Sobre el futuro del local, que es propiedad de Paloma y su familia, comenta que actualmente se encuentran en negociación para realizar un traspaso, pero que aún no pueden adelantar nada más.
A pesar de su palpable emotividad que muestra a la hora de hablar del cierre de su negocio, en su tono también se percibe la calma de quien deja atrás un profundo debate interno, dando paso a un nuevo plan de vida que se presenta con otras posibilidades. «Se trata de un cambio de ciclo. El cierre de una etapa y la bienvenida de otra. Se abren nuevos caminos, más tranquilos, pero también ilusionantes por estar donde quiero estar, con mi familia», ha concluído.
La historia de Paloma -desgraciadamente- no es nueva. Una experiencia más que hunde el dedo en la llaga de la crisis de personal en la restauración, del debate de los horarios y de la búsqueda de nuevas fórmulas de trabajo que permitan a los hosteleros dedicarse a su pasión y dar un buen servicio, sin dejar de lado sus intereses familiares.
Zelai nos deja, pero llegarán otros. Y así, entre aperturas y cierres, se redibuja el mapa culinario de Sevilla con una oferta gastronómica que vive en constante evolución.
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