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La Caja San Fernando hace realidad la utopía del arte cinético en una exposición

P. GARCÍASEVILLA. «El arte cinético se basa, sobre todo, en una utopía: la de llevar el arte a la vida». De esta manera se refiere Emmanuel Guigon, conservador jefe del Museo de Arte Moderno y

Francisca Niell, José Ramón Antúnez y Emmanuel Guigon, ayer durante la presentación./NIEVES SANZ

«El arte cinético se basa, sobre todo, en una utopía: la de llevar el arte a la vida». De esta manera se refiere Emmanuel Guigon, conservador jefe del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Estrasburgo, al movimiento en el que se fundamenta la exposición que ayer se inauguró en Sevilla y de la que él mismo es comisario.

Bajo el título «La utopía cinética», la Caja San Fernando reúne en sus salas de las calles Chicarreros e Imagen unas sesenta obras de arte nada convencionales, entre instalaciones, espacios repletos de piezas hipnóticas, esculturas y cuadros que generan efectos visuales, a las que se suman las proyecciones de una serie de películas y documentales. Y es que el arte cinético experimenta con el movimiento, bien real o bien creado por ilusión óptica.

La muestra sólo se ha visto anteriormente en Palma de Mallorca y es fruto de la primera colaboración entre la Obra Social de la citada entidad sevillana y la Fundación «Sa Nostra».

El periodo 1955-1975

Una selección de obras de los años más productivos del movimiento (1955-1975) y de grandes artistas internacionales como Marcel Duchamp, Víctor Vasarely, Joël Stein, Nicolas Schöffer, Jesús Soto, Julio Le Parc o el Equipo 57 se distribuyen así entre las dos salas, de forma que en Chicarreros se dan cita trabajos relacionados con los pioneros de esta corriente artística, mientras que Imagen acoge a algunos de los más representativos de la segunda generación.

Guigon destacó la influencia que el arte cinético ha tenido, como fuente de inspiración, en la industria de la moda, la creación arquitectónica, el mundo de los media y la creación gráfica.

El 6 de abril de 1955 es considerada la fecha de arranque oficial de esta singular propuesta artística vinculada a las vanguardias, merced a la exposición «Le Mouvement», impulsada por Vasarely y que tuvo lugar en la Galería Denise René de París, que ha cedido la mayor parte de las obras que integran la presente muestra.

Diez años más tarde de aquella histórica fecha, en 1965, el arte cinético alcanzaría un momento culminante con «The Responsive Eye», exposición celebrada en el Moma de New York de la que Brian de Palma filmó un documental -que puede verse en la sala Chicarreros- y del que llama la atención, entre otras cosas, las reacciones de los visitantes.

«La obra necesita el ojo del espectador para estar «viva» y desplegar todo su sentido, su expresión: si nadie pasa ante ella, aunque sea fugazmente, no se produce movimiento alguno», apunta Guigon en el catálogo de «La utopía cinética» sobre el protagonismo que adquiere el público. De hecho, muchas de las obras que se exhiben están concebidas, según explicó, para implicar al espectador, que puede llegar a interactuar con algunas. Entre otras, figuran creaciones de de Yaacov Agam, Pol Bury, Carlos Cruz-Díez, Horacio García Rossi o Hugo de Marco.

La muestra, que podrá visitarse hasta el próximo 25 de marzo, fue presentada ayer por el subdirector institucional de Caja San Fernando, José Ramón Antúnez, que estuvo acompañado por Emmanuel Guigon y Francisca Niell, directora del Centro de Cultura de la Fundación «Sa Nostra» en Palma de Mallorca.

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