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Las operaciones singulares de El Monte, según el Banco de España

TEXTO: FERNANDO SECO FOTO: ARCHIVOSEVILLA. El 26 de mayo pasado, viernes, los inspectores del Banco de España que se encontraban en El Monte realizando una inspección parcial y periódica sobre el área

TEXTO: FERNANDO SECO FOTO: ARCHIVO

SEVILLA. El 26 de mayo pasado, viernes, los inspectores del Banco de España que se encontraban en El Monte realizando una inspección parcial y periódica sobre el área de empresas participadas, se reunieron con el comité ejecutivo de la caja para transmitirles algunas cosas que habían visto. Reunión habitual e informal que suelen tener con los responsables de las entidades sobre todo para concienciarles de que tienen que estudiar los temas y estar más encima de sus responsabilidades. Actitud igualmente frecuente en este cuerpo de funcionarios.

Los temas tratados no suelen salir al exterior, sobre todo porque no son conclusivos. Pero no ha sido así en este caso, en el que una mano ha mecido la cuna para engrandecer hechos habituales en la vida de las empresas y, de paso, perjudicar la posición de José María Bueno Lidón, presidente de El Monte.

Cúndió la inquietud

Y cundió la inquietud cuando los inspectores hablaron de operaciones singulares realizadas en algunas compañías en 2005. Por ejemplo, la salida de Solurban Inversiones, la venta del grupo de empresas HC -con una participación importante en Metrovacesa- o algunas dificultades en Boreal Desarrollo Inmobiliario y Caymasa, por citar algunas. Hay que tener en cuenta que El Monte estaba en proceso de desinversiones -y sigue con ello-, sobre todo en el sector inmobiliario y que lo principal era capitalizar la entidad.

Además, con la línea férrea marcada por la directora general, María Luisa Lombardero, de salirse de negocios donde no se controla directamente la participación o hay dudas sobre la gestión, algunas operaciones estaban cantadas. Y esto deberían de saberlo los miembros de un comité ejecutivo. Veamos los casos particulares. La relación del grupo de empresas HC con El Monte se remonta a la época de Isidoro Beneroso al frente de la entidad, cuando estaba más centrada solo en el negocio inmobiliario. El grupo, con sede en Ciudad Real, fue levantado por el empresario local Domingo Díaz de Mena quien tuvo la genial idea de involucrar a la caja y a Luis Portillo en la compra de sendos paquetes de en torno el 5% del capital de Metrovacesa en 2003. Este y otros negocios inmobiliarios han dado mucho dinero a El Monte. Pero la posición de riesgo de la caja también era importante con este grupo, que operaba igualmente en los sectores energético y de telecomunicaciones, naviero y artes gráficas.

Así es que poco a poco la caja decidió ir deshaciendo posiciones y la última fue vender la sociedad HC, poseedora de un paquete importante de Metrovacesa, a Sacresa -propiedad de la familia Sanhauja- a un precio pactado fuera de mercado al tiempo que reducía riesgos con esa sociedad. El resultado fue unas plusvalías de 24 millones de euros para El Monte. El Banco de España comentó que el precio de venta fue por debajo de mercado, pero no tuvo en cuenta los riesgos que se saldaron y que no siempre es fácil vender a precio de mercado un paquete importante. También vendió Luis Portillo su participación a Sacresa y hoy, Domingo Díaz de Mena comparte proyecto empresarial con Portillo en la inmobiliaria Inmocaral.

Solurban y Caymasa

¿Y qué pasó con Solurban Inversiones? El Monte poseía el 40% de esta inmobiliaria y no controlaba la gestión. Simplemente la nueva dirección de la caja perdió la confianza en José Antonio Vázquez, consejero delegado de Solurban. Así es que Vázquez ofreció 4 millones por el 40% de la sociedad por la que El Monte había pagado 1 millón. Cierto es que había unas plusvalías latentes de varios activos -a tenor de los inspectores- pero también había un riesgo de 40 millones con la inmobiliaria que El Monte consiguió cancelar.

El Monte también perdió la confianza en la gestión de Caymasa, que llevaba José Manuel Leal, propietario del 30 por ciento del capital. Teniendo la mayoría El Monte, no parecía lógico que una instrumental de la caja, dedicada a los servicios auxiliares de la misma, se gestionara desde afuera. El año pasado perdió bastante dinero. La futura gerente de este negocio será Ana María Peña, ex secretaria general de Telecomunicaciones de la Consejería de Innovación.

Ortodoxia y rigor

A finales de 2004 se constituyó Boreal Desarrollo Inmobiliario entre El Monte y Caixa Galicia -un 20% cada una- y Raúl San José, Eduardo del Río, José Antonio Vázquez y Manuel Amador, principales accionistas de Novaindes, Edificarte, Solurban y Azagra, respectivamente, que constituyeron la sociedad Sena Iniciativas. El proyecto inicial era hacerse con la bolsa de suelo que Cruzcampo dejaba libre en Nervión y que todas esas inmobiliarias terminaran por fusionarse. No ha pasado ni lo uno ni lo otro y, además, la gestión no la controlan las cajas por lo cual, tanto El Monte como Caixa Galicia han decidido cambiar el rumbo de la sociedad.

Es decir, los inspectores se han fijado en actuaciones de carácter ordinario en la vida de cualquier empresa y seguramente le digan a El Monte que continúen con esta política de desinversiones y ajustes en el área empresarial. Política de lo más ortodoxa y espartana.

Dos días antes de esa reunión con los inspectores del Banco de España, José Selfa, responsable del área de participadas, era cesado. Y el mismo día de esa reunión lo era el secretario general de la entidad, Rafael Lamet. Después del verano la inspección del Banco de España enviará una carta de recomendaciones a El Monte y se verá si de lo dicho ahora a lo firmado más adelante va un trecho.

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