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«José Bonaparte fue una alternativa para el futuro del país, la España que no pudo ser»

PILAR GARCÍASEVILLA. Coincidiendo con el Bicentenario de la Guerra de la Independencia española, acaba de ver la luz una biografía sobre el principal protagonista del conflicto, José Napoleón I, cuya

El profesor Moreno Alonso sostiene que su biografiado fue el primer rey «constitucional» de nuestra Historia. MILLÁN HERCE

Coincidiendo con el Bicentenario de la Guerra de la Independencia española, acaba de ver la luz una biografía sobre el principal protagonista del conflicto, José Napoleón I, cuya figura ha ido quedando oscurecida a lo largo de la Historia. «José Bonaparte. Un rey republicano en el trono de España» (La Esfera de los Libros) es el título de esta publicación que presenta, además, la singularidad de ser la primera biografía de este monarca escrita por un autor español. El libro está rubricado por el profesor de la Universidad de Sevilla Manuel Moreno Alonso, quien aborda la trayectoria vital de este rey de la historia de España, antes y después de serlo, desde su nacimiento en Córcega en 1768 hasta su muerte en Florencia en 1844.

La historiografía española sólo se había interesado hasta la fecha por los años de su reinado (1808-1813) sin haber ahondado en la personalidad y en la vida de quien ha resultado ser más conocido como el «rey intruso» de España y por apodos como los de «Pepe Botella» o el «rey Plazuelas», creados por «aquellos españoles contemporáneos que lucharon empecinadamente contra él, por creerle culpable de sus penalidades y sufrimientos. Así es como se ha construido una imagen que ha estorbado una visión más mesurada del personaje durante generaciones, a fuer de ser superficial, inexacta e injusta, pues sobre el Intruso siempre ha prevalecido la caricatura sobre la realidad», argumenta Moreno Alonso.

El biógrafo asegura que no ha tratado de ofrecer un retrato complaciente ni de recrearse en la «cara amable» de su protagonista, si bien reconoce que la densa documentación consultada le ha convencido de la necesidad de ver a José Bonaparte «de otra manera y de no considerarle de forma peyorativa o como una figura de segunda categoría, ya que fue el segundo personaje más importante de Francia después de su hermano en una época fascinante».

Participó en la Revolución Francesa, fue diputado, senador, ministro y embajador, primero de la República y después del imperio creado por su hermano. José fue coronado por Napoleón como rey de Nápoles y en 1808 como rey de España, siendo lo que el autor denomina «un monarca republicano».

La expresión, lejos de constituir una combinación de términos contradictorios, supone para Moreno Alonso la constatación de alguien que «estaba imbuido de un indiscutible republicanismo desde que en su juventud leyó apasionadamente a Rousseau. En el fondo no dejó de ser nunca un hombre de la Revolución. Cuando llega a España ha cambiado el régimen en Francia y considera que es posible una república moderada, dirigida por un poder, aportando a su gobierno una óptica que es constitucional para acabar con los derechos del poder absoluto de los reyes del Antiguo Régimen, lo que supone una gran modernidad. Es por eso por lo que fue el primer rey «constitucional» de nuestro país».

Todos los elementos esenciales del nuevo orden llegan a España con el rey Bonaparte, aunque «ni el clero, ni el pueblo, ni la nobleza, estaban preparados para una visión tan moderna. José Napoleón I pretendió convertirse en el «regenerador» de este país y de las Indias; toda una utopía -señala el biógrafo- que fracasó por la guerra y el afán de poder de los generales del emperador, pero ahí están su programa y sus ideas, desde la constitución hasta las obras públicas. Todos eran planteamientos renovadores y reformistas». Convertido, aun a su pesar, en el personaje central de aquella contienda, «José intentó evitar males mayores, pues fue un hombre conciliador», mas nada pudo hacer. «Los historiadores le han echado la culpa de la guerra de España para disculpar a su hermano», apunta el profesor Moreno Alonso, quien opina que aquel monarca supuso «una alternativa para el futuro del país; una apuesta frustrada por el cambio y la reforma, una España que pudo ser y no fue».

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