Hazte premium Hazte premium

El cine rejuvenece la ópera

POR SUSANA GAVIÑAMADRID. La ópera es un género que ya ha cumplido cuatro siglos. Tiempo en el que su evolución ha sido notable más en las formas que en los contenidos. Auque la creación musical no se

POR SUSANA GAVIÑA

MADRID. La ópera es un género que ya ha cumplido cuatro siglos. Tiempo en el que su evolución ha sido notable más en las formas que en los contenidos. Auque la creación musical no se ha detenido, ésta no es tan copiosa como en otros campos, motivado en gran parte por la tibia recepción de un público -cada vez más envejecido- que sigue mirando con agrado a las obras del gran repertorio y con sospecha la creación contemporánea. «La falta de revolución musical ha provocado que la innovación haya venido por parte de las puestas en escena que giran siempre entorno a las mismas obras», ha justificado en alguna ocasión el director de teatro italiano Luca Ronconi. Es ahí donde los intendentes de los teatros y los «registas» han encontrado una mina de oro: mirar con nuevos ojos los viejos títulos. Los primeros por la necesidad de captar nuevos públicos, y los segundos por el cheque en blanco que muchos de estos gestores les han extendido, convirtiéndoles en los grandes «divos» del momento.

La última tendencia es la llamada masiva a los directores de cine por parte de los grandes templos líricos. Algo que ya han acusado algunos cantantes. «Hollywood se ha infiltrado en el mundo de la ópera », se lamentaba hace unas semanas la mezzo soprano Jennifer Larmore, en una entrevista a un diario asturiano. Ése es el caso del Metropolitan Opera House de Nueva York, que abrió la temporada con una nueva producción de «Madama Butterfly», contando en la dirección escénica con el oscarizado Anthony Minghella («El paciente inglés», «El talento de Mr. Ripley», «Cold Mountain»), primerizo en el género.

El reto, aceptado por el cineasta, viene propiciado por el intento de rejuvenecer la programación del Met por parte de su actual gerente, Peter Gelb, quien además de incluir un total de cinco nuevas producciones en la actual temporada ha expresado su firme disposición para que exista un mayor diálogo entre la música y el teatro, para lo que no ha dudado en contar con grandes nombres del cine (género que apenas ha cumplido un siglo de existencia).

Minghella en Times Square

La primera propuesta operística de Minghella -todavía en cartel- ha sido muy bien recibida por el público de Nueva York. Con todas las entradas agotadas desde hace días, Minghella se ha enfrentado a este reto respaldado por su experiencia previa en el teatro y por su amor a la música. «En mis películas siempre está muy presente. Muchas veces son comparadas con óperas, pero creo que es por lo largas que son», bromeó el cineasta días antes del estreno, que fue seguido por miles de personas desde una gran pantalla colocada en Times Square. Para Minghella la gran diferencia entre el cine y la ópera estriba en que mientras en el primero «todo tiene que ser creíble», en la segunda «se puede jugar con la imaginación, como en el teatro».

Peter Gelb no es, sin embargo,pionero en semejante aventura. A mediados del siglo pasado, cuando los espectadores veían sobre las tablas a cantantes que tan sólo permanecían de pie y proyectaban su voz hacia el público, un predecesor de Gelb en el cargo, Sir Rudolf Bing, se propuso cambiar esta situación. Para ello reclamó la presencia del director Joseph L. Mankiewicz («Eva al desnudo») al que encargo la dirección escénica de «La boh_me» en 1952.

La proximidad de la gran fábrica de sueños, Hollywood, animó a muchos otros gestores de teatros a tender puentes con sus cineastas, con desigual fortuna. Mientras la experiencia de Francis Ford Coppola en la Ópera de San Francisco, en 1973, con «La visita de la vieja dama», texto de Friedrich Dürrenmat al que puso música Gottfried von Einem, no fue satisfactoria para el cineasta. hay quien va ya por su tercer título, como Robert Altman, que debutó en 1992 en la Ópera de Chicago con «McTeague». Uno de los obstáculos con las que se ha topado Gelb es la dificultad de compaginar las agendas de los cineastas con la de los compromisos operísticos. Ese es el caso de Martin Scorsese («Taxi driver», «Toro salvaje»), para quien cada rodaje de una película es algo prioritario frente a cualquier otra oferta. Lo que ha provocado, de momento, el desencuentro entre el Met y el cineasta. Con quien sí contará el teatro neoyorquino es con el chino Zhang Yimou («Hero», «La casa de las dagas voladoras»), responsable de grandes espectáculos como la «Turandot» que se pudo ver hace unos años en la Ciudad Prohibida de Pekín. Ahora, tiene ante sí el reto de poner en escena el estreno absoluto de la ópera «El primer emperador», compuesta por Tan dum expresamente para Plácido Domingo.

En el caso del tenor español, se puede decir que éste es arte y parte a la hora de alimentar este fenómeno. Desde su posición como intendente de dos óperas- Los Ángeles y Washington-, ha apostado con fuerza por contar con cineastas en sus programaciones. Para Domingo, más importante que contar con una gran estrella, es que ésta «crea en ello, que le guste la música y que lo haga bien. No el hecho de hacerlo por hacerlo. De invitarle por el mero hecho de que sea un director de cine, sino porque sabes cómo lo puede hacer -explica el tenor a ABC-. Esta temporada en la Ópera de Los Ángeles he programado una «Manon» con un director de televisión estupendo, Vicent Paterson, que ha realizado los vídeos de Madonna y de Michael Jackson. Ha sido un éxito. La gente estaba enloquecida».

Ante la pregunta de si el cine puede renovar la ópera, afirma: «Hace falta darle un interés a las producciones. Estando cerca de Hollywood, he invitado a muchos cineastas -Maximilian Schell, Marta Keller, Gary Marshall- pero tienen que saber con qué material trabajan, y estar bien preparados. Y la verdad es que hemos tenido espectáculos maravillosos», confiesa con cierto orgullo.

Sin embargo, no todos sus proyectos en colaboración con Hollywood han llegado a buen puerto. Ése es el caso de una Tetralogía para la que Domingo quiso contar con George Lucas hace unos años.«Al final no se hizo. Lo que yo necesitaba de él era la tecnología. Les animé a realizar un experimento pero a un precio asequible. Un «Anillo» como yo me lo había imaginado hubiera costado 60 millones de dólares. Ellos no se involucraron y no nos dieron precios de costo, sino lo que costaba si se hubiera hecho para el cine, y el precio era una irresponsabilidad... Pero bueno, soñar no cuesta nada», bromea.

Cineastas europeos

En esta cruzada por impregnar de nuevos aires a la ópera, Europa no ha permanecido ajena. Luchino Visconti, de quien ahora se cumple el centenario, fue uno de los grandes directores escénicos de la ópera italiana y de su cine se dijo que era «operístico». Otro ejemplo es Roman Polanski («La semilla del diablo») que ha llevado a escena títulos como «Lulu», de Alban Berg, en el Festival de Spoleto; «Rigoletto» de Verdi, en la Ópera de Munich; o «Los cuentos de Hoffman» de Offenbach, en la Ópera de la Bastilla. Más reciente en nuestra memoria, se encuentra la espantada del cineasta danés Lars von Trier («Rompiendo las olas») a quien el Festival de Bayreuth le había encargado un montaje de la Tetralogía de Wagner.

En España, son pocos los cineastas que se han animado al trasvase cine-ópera. El caso más notable es el de Pilar Miró, que en 1982 se estrenó en el Teatrode la Zarzuela con una nueva producción de «Carmen», que no fue muy bien recibida por un público en exceso conservador. La realizadora de «El crimen de Cuenca» no se dejó abatir y volvió a intentarlo en 1994 en ese mismo escenario. En esta ocasión, con un título menos conocido, «El cazador furtivo» de Weber, para el que contó con la inestimable colaboración del director de fotografía Javier Aguirresarobe. Tampoco entonces se ganó los aplausos del respetable. En aquella «Carmen», la directora contó con la colaboración en el diseño de vestuario de Gerardo Vera, quien luego ha realizado su primera incursión en la ópera como «regista» con «Macbeth» de Verdi, estrenada hace dos temporadas en el Real.

Este romance entre cine y ópera parece estar echando raíces en nuestro país, así lo demuestra la intendente del Palau de les Arts de Valencia, que ve en el Séptimo Arte la pócima mágica para acercar la ópera al público más joven. Helga Schmidt en su primera temporada cuenta ya en sus filas con el director Milos Forman, y ha cursado invitaciones a otros cineastas como Antonio Banderas, Saura y Amenábar. Consciente de que es difícil compatibilizar los tiempos, «su agenda es muy complicada por la duración de los rodajes», ya ha concretado un proyecto con Saura, que se encargará de llevar a escena la próxima temporada «Carmen», dirigida por Lorin Maazel. Schmidt defiende que un edificio como el creado por Santiago Calatrava es el marco ideal «para trabajar con efectros ópticos y virtuales, y justifica que la ópera se aborde de esta manera».

Su primer fichaje, Milos Forman.E título elegido, «El paseo bien pagado», de Jiri Slitr, será una coproducción entre la Ópera Nacional de Praga y el teatro valenciano, que se estrenará en España el próximo mes de mayo. «Lo haré junto con mis hijos, Petr y Matej -explica a ABC el cineasta-, que ya han producido otra ópera que quedó muy bonita. Por ese motivo, acordamos que colaboraría ahora con ellos pero que en los créditos debería aparecer «dirigida por Milos Forman... o Petr Forman (depende de los resultados)»», bromea. Ante esta masiva incorporación de cineastas al mundo de la ópera, Forman reconoce que «sí es cierto que tanto para el teatro, y en especial en el género lírico, están buscando cineastas porque la ópera se está convirtiendo en una pieza de museo, por eso se está intentando atraer nuevos públicos con un enfoque distinto». Sobre su montaje no adelanta muchos datos. «Es difícil describirlo, pero incluso el guardarropa formará parte de la escena». Y en cuanto a su continuidad es cauto: «Vamos a esperar los resultados de esta producción. Luego ya veremos».

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación