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Copias de Murillo para la Caridad

P. F.SEVILLA. La Iglesia del Hospital de la Caridad, del siglo XVII, quizás el templo más equilibrado y unitario del barroco sevillano, había quedado incompleto desde que el mariscal Soult se llevó

KAKO RANGEL Los profesores Gustavo Domínguez, Fernando García García y Juan Luis Coto Cobo, coordinador del equipo, ante una de las copias -a la derecha- que realizan de Murillo: «La Curación del paralítico»

P. F.

SEVILLA. La Iglesia del Hospital de la Caridad, del siglo XVII, quizás el templo más equilibrado y unitario del barroco sevillano, había quedado incompleto desde que el mariscal Soult se llevó, en 1810, cuatro cuadros de Murillo que nunca volvieron. Los cuadros representan cuatro obras de misericordia y formaban parte de la idea iconográfica establecida por Miguel Mañara para este templo, cuyo mensaje se reduce a esto: que quienes practican la caridad consiguen la salvación eterna.

Estos son los títulos de los cuadros que faltan y su referencia a las obras de misericordia: «La curación del paralítico» (atender a los enfermos), en la National Gallery de Londres; «Abraham y los tres ángeles» (dar posada al peregrino), en el Museo de Otawa; «El regreso del hijo pródigo» (vestir al desnudo), en la National Gallery de Washington; y «San Pedro liberado por el ángel, en el Ermitage» de San Petersburgo.

El lugar de estos lienzos lo ocuparon unos paisajes bíblicos atribuidos a Miguel de Luna que, si bien decoraban los paramentos, poco tenían que ver con el sentido que Mañara quiso dar al edificio.

Los cuadros de Aranjuez

Hace tiempo que esta institución benéfica intenta completar el sentido simbólico de su templo, y como el hecho de conseguir los originales de Murillo no es algo imaginable, lo intentaron con unas copias que existen de estos cuadros, realizadas a finales del siglo XVIII por Joaquín Cortés. Las mandó hacer Carlos IV, ante la negativa de la Hermandad de la Caridad a que se quedara con los originales. Luego vino la rapiña de Soult, y del recuerdo de estas pinturas sólo quedaron en España las copias de Cortés, que se han conservado en el palacio del Aranjuez.

La idea del hermano mayor de la Caridad, Antonio Domínguez, era la de conseguir en depósito esas copias de Aranjuez,que tutela Patrimonio Nacional, para que ocuparan el lugar de las de Murillo y, a cambio, cederle otros lienzos del siglo XVII. No pudo ser pero consiguieron que las copias estuvieran colgadas en la iglesia, desde diciembre del pasado año hasta hoy mismo, que regresan al Palacio de Aranjuez.

Lo interesante es lo que allí, dentro de los muros del hospital, se ha ido gestando en estos meses, pues Antonio Domínguez, con el asesoramiento del profesor Enrique Valdivieso, ha conseguido poner en marcha un taller para la realización de las copias de los cuatro lienzos de Murillo. Allí lleva varios meses trabajando un equipo especializado dirigido por el licenciado en Bellas Artes y restaurador de prestigio, Juan Luis Coto Cobo y que cuenta con los profesores de la Facultad de Bellas Artes, Gustavo Domínguez y Fernando García García.

El resultado es admirable, como puede verse en las dos primeras obras -«La Curación del paralítico» y «El regreso del hijo pródigo», ya casi terminadas.

Para Valdivieso estas nuevas copias son de mucha mejor calidad que las del siglo XVIII, gracias al buen trabajo de los autores y «a la apoyatura del grafismo moderno». El equipo ha tenido que superar numerosas dificultades y problemas de interpretación para plasmar la atmósfera de la pintura de Murillo. Estudio de la técnica, de las capas, de los pigmento e imprimaciones. Pero sin tener presentes los originales, sino mediante las fotografías, no siempre fiables, que le envían los museos.

La pincelada es suelta, viva, y los tonos se integran perfectamente en el entorno maravilloso de los Murillos de la Caridad, que también han servido de referencia. Pero detrás de todo esto hay un conocimiento del material que se recrea, sin hacer uso de artificios de restauración.

Coto Cobo conoce bien la técnica de Murillo, el tono tierra de Sevilla, los parduscos, las veladuras. Entre sus innumerables restauraciones figuran también algunos cuadros importantes de la Caridad, como la «Multiplicación de los panes y los peces» o «Moisés haciendo brotar agua de la Roca», ambos de Murillo.

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