Ramón Meseguer: «El flamenco es el resurgir del niño y sólo los niños juegan con la libertad de una bulería»

RAMÓN MESEGUERPsicoanalista y poetaMantiene que el duende del flamenco es superior, en estado de trance, en calidad y profundidad a otros folclores. Ha trabajado con el flamenco desde el campo del

Mantiene que el duende del flamenco es superior, en estado de trance, en calidad y profundidad a otros folclores. Ha trabajado con el flamenco desde el campo del psicoanálisis. El resultado lo dará a conocer en forma de libro. Antes divulgará conclusiones en un ciclo de conferencia en Sevilla y Barcelona, aún por concretar.

-No sabía que el flamenco necesitara un ajuste de tornillos ...

-El flamenco necesita que se explore y se de a conocer la enorme riqueza de su mundo inconsciente.

-Usted ha aplicado técnicas del psicoanálisis al flamenco. ¿Es capaz de decir, con Ketama, que no estamos locos, que sabemos lo que queremos...?

-Ya lo decía la copla: «...Que el conocimiento, la pasión no quita».

-En el flamenco se pasa con extrema facilidad de las alegrías al quejío. ¿Ese desajuste emocional qué refleja?

-El cante libera en el hombre al niño eterno que pasaba, fluida e ingenuamente, de la alegría a la queja. El flamenco es el resurgir del niño. Sólo los niños son capaces de jugar con la entera libertad de una bulería.

-¿El ay, ay, ay del flamenco es el eco lejano de un dolor superado u olvidado hoy?

-El ay es un ángel apocalíptico que anuncia: ¡Vais a escuchar la resurrección de la eterna tragicomedia humana!

-¿El bienestar, el desarrollo nos hacen superar los viejos conflictos y por eso el flamenco actual busca otros caminos?

-Los conflictos básicos del hombre son eternos. ¿Habrá cantaores que nos traduzcan las auténticas tragicomedias de hoy?

-Explíquelo usted que es quien lo ha estudiado...

-Penosamente hoy aún no los encuentro.

-El flamenco se fusiona con ritmos caribeños y se olvida del quejío y abraza la alegría de vivir. ¿Es una enajenación o la búsqueda de una nueva identidad?

-¿No será miedo a meterse en lo más oscuro de nuestros temores y sacarlos a la luz en carne viva?

-Usted lo sabrá. ¿Puede contestarme?

-Yo creo que si.

-Y muchas letras de fandangos confiesan un Edipo supurante la mar de serio ¿no le parece?

-Donald Merzer, último genio del psicoanálisis, dice que el hecho más trascendental para la criatura humana es el tempranísimo descubrimiento de la enorme belleza de la madre. El gran drama del andaluz con su madre, ahora, lo podemos explorar con nuevas luminarias.

-¿Cuál es el drama andaluz con su madre?

-El hambre es muy mala. Y en Andalucía se ha pasado mucha hambre. Momentos hubo en que el único refugio para sobrevivir fue la madre.

-O sea, que ni vascos ni catalanes tuvieron ese problema con la madre...

-Efectivamente, no se encontraron, como Andalucía, frente a una situación límite crónica

-¿El flamenco llamó a su consulta aquejado de qué dolencia?

-No solo no está enfermo, sino que me ayudó y me ayuda a conocer mis esquizofrenias, mis depresiones y a tratarlas con amor profundo.

-¿Usted es purista o entiende que el flamenco necesita abrir sus ventanas y relacionarse?

-El flamenco, árbol de raíces hondas y generoso ramaje, puede recibir injertos y trasplantes, ¡pero manteniendo viva la raíz!

-¿A través del flamenco se llega a conocer al pueblo que lo canta?

-La japonesa o el japonés que a pesar de no poder entender la copla reciben escalofríos comienzan a conocer al pueblo que les estremece.

-¿Qué opinión tiene de ese pueblo?

-Es un pueblo que tiene la enorme suerte de no dejar pudrir su alma con los reveses de la vida, sino que los convierte en cante.

-¿No cree que Andalucía habría conseguido más cosas si hubiera cantado menos y gritado más?

-El famoso sociólogo alemán René Koenig demostró que el gran auge de la economía de Cataluña se debía, en gran parte, a la importación de capitales y de mano de obra andaluces. Por lo tanto, no es el cante quien quita dinamismo al andaluz.

-Quién se lo quita entonces...

-Andalucía no ha descabezado a sus dictadores más íntimos...

-Pues no será por falta de motivos ...

-(Risas)

-Despéjeme esta duda: ¿las cosas se la quitan o uno deja que se las quiten?

-Cuando se tiene más miedo a la revolución íntima que a la propia muerte, te quitan todas las cosas.

TEXTO: J. FÉLIX MACHUCA FOTO: ABC

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