Vecinos de Sevilla Este denuncian que viven en un barrio «insalubre y con poca seguridad»
CRISTINA AGUILARSEVILLA. Los problemas de convivencia que vienen denunciando, manifestación tras manifestación, los vecinos de la barriada de Sevilla Este se están viendo agravados cada vez más. Todos
CRISTINA AGUILAR
SEVILLA. Los problemas de convivencia que vienen denunciando, manifestación tras manifestación, los vecinos de la barriada de Sevilla Este se están viendo agravados cada vez más. Todos los días, los vecinos, al salir de sus casa por las mañanas, ven los restos de las bolsas de basuras esparcidas por la acera impidiendoles pasear con normalidad.
Por otro lado, temen por la seguridad de sus hijos, ya que, jóvenes, y no tan jóvenes, se dedican a hacer «botellonas» en los alrededores de los parques infantiles, situados en la calle Japón. Aunque el peligro no reside tanto en el hecho de realizar «botellonas» como en que después de realizar una práctica penalizada por la Ley Antibotellón, dejan las botellas de cristal en los alcorques de los árboles -las que corren más suerte- o rotas por el suelo, lo habitual en estos casos. S.B., vecina de los edificios Giralda, próximos al parque infantil, y con un niño de 6 años, aseguraba que «no puedo dejar a mi hijo jugar con sus amiguitos sólo en el parque, tengo que tener mil ojos para que no se corte con algún cristal -y además añadía-, no es justo que en lugares como La Alameda de Hércules la Policía Local haya logrado reducir el «botellón» por las protestas de los vecinos, y aquí no venga nadie a proteger nuestros derechos».
Asimismo, en las manifestaciones, además de estar en contra de los realojos «con nocturnidad y alevosía», que según los vecinos de Sevilla Este y el Parque Alcosa ha realizado el Ayuntamiento de Sevilla con nueve familias de El Vacie y las Tres Mil Viviendas, los residentes reclamaban más presencia policial debido a las «carreras de rallies» que realizan los coches por el barrio. «Antes de cruzar la carretera, en vez de mirar dos veces hay que hacerlo cinco por lo menos. Las avenidas de este barrio son grandes y la gente se pasa los ceda el paso y los pasos de peatones, por lo que, reclamamos la colocación de badenes para estar más seguros», afirmaba M.V. vecina de la calle Emilio Lemos.
Tirones y exceso de ruidos
Por otra parte, las vecinas de los edificios cercanos a los conocidos como «Parchís» y «Pisos blancos», han sufrido en los últimos días tirones de bolsos. Así, el guardia de seguridad del residencial Realengo, sito en la calle Japón, aseveraba que «tengo que deambular por los portales del edificio para que las vecinas de éste estén más seguras porque desde la semana pasada varias personas del barrio han sufrido tirones de bolso».
Del mismo modo, vecinos de los bloques «Parchís» se quejan de no poder dormir en sus propias viviendas. «Vivo en el bloque siete y en las horas de la siesta y por las noches es imposible pegar ojo, por una parte por los coches discotecas y, por otro, en las casas de las familias realojadas el volumen de la radio sube bastante».
Lipasam olvida el barrio
El panorama que presentan las calles y avenidas cercanas a los problemáticos edificios en los que se han producido los realojos, que el Ayuntamiento insiste en desmentir, es desolador e insalubre. Cristales, bolsas de basura, el arbolado descuidado, vehículos aparcados en las aceras... Vecinos del barrio reclaman más limpieza en el barrio. «Por los alrededores de los Parchís Lipasam no trabaja desde hace meses, al final verdaderamente convertirán el barrio en un ghetto como las Tres Mil o El Vacie».
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