Lo que en un primer momento comenzó siendo un puesto de venta de simples toallas, pareos, chanclas o flotadores ha convertido a su propietario en un auténtico personaje en la zona.
A sus 61 años, Miguel Ãngel, ha logrado ganarse el cariño y amistad de los veraneantes, que reconocen el tesón y la ilusión con la que atiende a los bañistas. Cada dÃa va recorriendo la playa montado en su peculiar vehÃculo y al parar decenas de veraneantes se acercan para comprar o simplemente fotografiarse con él.
Doscientos kilos
Miguel Ãngel se desplaza con los más de 200 kilos de peso que suman los utensilios de su inventario y que durante tres años estuvo empujando él mismo, hasta que diseñó un carro motorizado y con tracción de oruga que le permite desplazarse por la misma playa.
Un vehÃculo en el que tienen cabida todo tipo de accesorios para la playa, incluso sobresaliendo por el techo del kiosco ambulante. Desde sillas de diferentes tamaños y colores, colchonetas o juegos de palas, pelotas y petanca hasta cremas bronceadoras y aceites solares e incluso tablas de surf o salvavidas para los más pequeños. Parafarmacia, jugueterÃa y mobiliario veraniego en un solo puesto ambulante, rodante y dispuesto en el mejor lugar, en el mejor momento.
Once años recorriendo las playas de Zahara de los Atunes dan para muchas anécdotas. Como cuando intervino en la salvación de un bañista que se encontraba fatigado en el agua, avisando a los servicios de emergencia, que rápidamente encontraron al bañista tomando como referencia el «famoso» carro de Miguel Ãngel que, aún hoy, recuerda entusiasmado el momento «el hombre me agradeció enormemente la ayuda que quizás le salvó la vida.
«Lo que a simple vista me pareció un juego en el agua resultó ser una persona que necesitaba mi auxilio», recuerda años después.
Por otra parte, cada dÃa son muchos los niños que se acercan a su negocio al encontrarse perdidos en la playa, pidiéndole ayuda para encontrar a sus familiares. «Tienen miedo a pedir ayuda a un desconocido, sin embargo a mà se acercan con confianza, porque me conocen desde hace años», explica.
Voluntario de la limpieza
Muchas historias vive cada dÃa Miguel Ãngel en su dilatada jornada laboral, que comienza con los primeros rayos de sol y termina al caer el dÃa, aunque «hay semanas que recojo a las once de la noche o incluso más tarde», asegura.
Aunque se formó en la jardinerÃa y atendió el negocio familiar de viveros en su localidad natal, en el año 2004 encontró en AndalucÃa una nueva oportunidad y se instaló en la provincia de Cádiz. «En AndalucÃa he encontrado mi segundo hogar y el cariño que la gente me demuestra cada dÃa me da fuerzas para continuar con tanto tesón e ilusión» afirma agradecido.
Miguel Ãngel no sólo se dedica a la venta, ya que, sensibilizado con el sostenimiento de la playa, con la conservación de un entorno privilegiado que es su medio de vida, con las orillas que recorre cada verano a diario, instaló también en su carro papeleras destinadas a recoger la basura y desperdicios con los que muchos ensucian las playas al final del dÃa. Ãl mismo se dedica a recoger los restos y cargarlos. Es decir, ejerce como voluntario en labores de limpieza de uno de los mejores tramos del litoral de la provincia de Cádiz.
«Todos los dÃas recorrÃa los kilómetros de playa viendo como la gente la dejaba llena de desperdicios y basuras, asà que instalé papeleras en mi negocio y asà animo a todos mis clientes a que mantengan limpia la playa, a concienciarles», sentencia.
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