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opinion - desde el sur

127 años de historia

Si el tripartito pretende acabar con las corridas debería comenzar a gestionar bien la situación, porque la cultura taurina en Alicante no puede morir por el capricho de una señora

RAMÓN SÁNCHEZ MARTOS

En junio de 1888 se inauguraba oficialmente la plaza de toros de Alicante, tras la reforma del arquitecto José Guardiola Picó. 127 años de historia en la que han dejado su impronta los mejores toreros de cada época. La cultura de los toros, la fiesta nacional, como se denomina popularmente a esta tradición española, está enraizada en la ciudad de Alicante desde el siglo XIX como en otras muchas localidades de nuestro país.

Además de su principal actividad taurina, la plaza de Toros de Alicante ha sido escenario frecuente de conciertos de música de toda índole, mítines políticos, algún que otro evento deportivo de especial relevancia como la celebración del 24 al 26 de septiembre de 2004 de la semifinal de la Copa Davis de tenis y que enfrentó a España y a Francia, con victoria final del combinado que encabezaba el alicantino Juan Carlos Ferrero.

El coso alicantino ha sido también el lugar escogido históricamente para la celebración de la elección de la Bellea del Foc de las Hogueras de San Juan. Sin embargo, con tan solo cuatro meses en el poder municipal, una edil del tripartito de la capital alicantina pretende acabar con todo ello. No pienso entrar en el juego sobre las polémicas a las que quieren arrastrar a toda la sociedad los denominados animalistas. No se trata de eso. La plaza de Toros de Alicante es patrimonio de todos los alicantinos, de todos los que por una u otra razón, han podido disfrutar de su monumentalidad.

La señora Moreno ha querido que comience el debate sin contar con nadie, por su cuenta. Debe saber, imagino, como concejal del consistorio alicantino, que en la plaza de Toros se llevan a cabo otro tipo de espectáculos además del taurino. Prefiere, sin embargo, sacar a la luz pública su gran amor por los animales, sin tener en cuenta que miles de los ciudadanos que con sus impuestos pagan su nómina mensual quieren que los toros continúen siendo una de las señas de identidad de las Hogueras de San Juan. El debate ya está abierto. Si el tripartito pretende acabar con 127 años de historia debería comenzar a gestionar bien la situación, porque la cultura taurina en Alicante no puede morir por el capricho de una señora.

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