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La marca de teléfonos de lujo Vertu echa el cierre por quiebra


27/07/2017 - 15:30 h.

Vertu había conseguido hacerse un nombre en la industria con una estrategia muy clara: ofrecer teléfonos de lujo en lo referente a sus materiales de fabricación, ya que en cuanto a especificaciones técnicas tan solo estaban, como mucho, a la altura del resto de gama alta. Por supuesto el precio a pagar, como siempre ocurre con la exclusividad, era muy alto. Pues bien, parece el negocio ha dejado de ser rentable.

Deuda de 128 millones de libras

El periódico Financial Times anuncia en su versión web que la firma se ha visto obligada a echar el cierre después de arrastrar una deuda que supera los 128 millones de libras. Sin embargo, la publicación apunta a que quizás en un futuro volvamos a tener noticias de la compañía, puesto que su actual propietario, Murat Hakan Usan, quien se hizo con el control de Vertu el pasado mes de marzo, tendría la intención, según habría comentado a fuentes cercanas, de relanzar la marca en un futuro, por lo que ha decidido mantener las licencias pertinentes para ello.

Creada como filial de Nokia en 1998

Si bien no era la única compañía especializada en smartphone de lujo, Vertu sí era el gran referente. Con sede en Inglaterra y fundada por Nokia como una división filial en 1998. Durante 2012 la matriz negoció la venta de Vertu al fondo de inversión EQT VI, anunciada en junio de dicho año como parte del plan de reestructuración que estaba llevando a cabo.​ Dicha venta se materializó en octubre de 2012, por una suma no especificada, aunque se rumorea que asciende hasta los 200 millones de dólares.

Vertu se ha caracterizado por la fabricación de teléfonos móviles de materiales ligeros y resistentes como el aluminio y el titanio; pieles como el cuero italiano; y elementos habituales de la joyería de alta gama, con ciertos detalles de piedras preciosas, como rubíes o diamantes. Sus modelos solían incorporar el sistema operativo propietario de Nokia, Symbian. En 2011, debido al abandono del desarrollo de dicho sistema, se comenzaron a lanzar teléfonos con Windows Phone 7 integrado; para a partir​ de febrero de 2013, dar el salto a Android, en el que desde entonces han basado todos sus terminales. Los teléfonos, cuyo otro atractivo es que ofrecían servicios exclusivos como un asistente personal -una persona no una máquina- 24 horas al día, tenían precios que podían ir desde los 4.000 hasta las varias decenas de miles de euros.