Como obligado ejercicio de higiene mental para el verano, época de divertimento y ocio y de olvido de penas y responsabilidades, les voy a invitar a no recordar el papel de España en el Mundial de Brasil y, sobre todo, a no ver repetido el Holanda-México, ni siquiera el típico resumen de un par de minutos. Si lo hace, estará hasta otoño (de 2025) preguntándose como es posible que una de las selecciones de los Países Bajos más mediocres de toda su historia le metiera una manita a España y que todavía en cuartos de final siga viva en el torneo. Ni el sofocante calor de Fortaleza pudo con ellos. [Narración y estadisticas del Holanda-México]
Solo a la materialista y amoral FIFA, cuyo único color que le interesa en la vida y en el fútbol es el del dinero, se le podía ocurrir poner partidos a las 13.00 horas en sedes de más de 30 grados de temperatura y un 80% de humedad. Esto es como jugar un encuentro en Écija en pleno mes de agosto a las tres de la tarde. Una temeridad que pone a prueba los límites del ser humano, que en el caso del fútbol moderno, camina hacia la metamorfosis de los jugadores en robots. No es suficiente con disputar más de cincuenta partidos por temporada que llega el Mundial y los jerifaltes de la FIFA no tiene mejor idea que colocar unos octavos de final en la sartén de Castelao justo antes de la hora de comer. Cómo estaría aquello de caliente que a la media hora de la primera mitad, el portugués Proença paró el partido durante ¡cinco minutos!, en lo que se ha denominado por el Mundial un «Cooling Break» (una pausa para refrescarse). Algunos futbolistas se colocaban toallas heladas sobre su frente y su cabeza, como se les hace a los niños cuando tienen fiebre. El cuadro era surrealista.
Con esas inhumanas condiciones para jugar al fútbol, México y Holanda bastante hicieron con tenerse en pie durante los noventa minutos. Aunque la «Tricolor» mostró mayor control de la situación durante la primera hora del choque. El partido se tenía que jugar a cámara lenta y ahí los norteamericanos salían beneficiados. El mejor arma de la selección «oranje», el contragolpe, era una quimera. Robben, Sneijder y Van Persie llegaban asfixiados a tres cuartos de campo y de ahí a la meta de Ochoa solo buscaban algún oasis donde poder ponerse en remojo y dejar de ver alucinaciones. En defensa, cualquier pugna entre un delantero mexicano y un zaguero tulipán era siempre ganado por el futbolista norteamericano. En una de ellas, Héctor Herrera perdonó el primero antes del descanso: Giovani superó De Vrij y puso el balón en el punto de penalti para que el mediocentro del Oporto le pegara «mordida» a la derecha de la portería de Cillessen. Dos Santos también la tuvo al final de la primera mitad pero su disparo lo repelió la rodilla del guardameta «oranje». Entonces, a la tercera de México llegó la vencida.
Gol de la «Tricolor»
Nada más comenzar la segunda parte, Gio amortiguó con el pecho un balón que bajaba del cielo sin peligro aparente. El delantero del Villarreal enfiló la media luna del área, le ganó el cuerpo a cuerpo a Blind y soltó un latigazo en el que colaboró la tardía reacción de Cillessen. México, a la que le cuesta un mundo hacer un gol, había hecho lo más difícil: ponerse por delante y obligar a Holanda a ir a por el partido, justo lo que no saben hacer los de Van Gaal.
Pero entonces, se intercambiaron los papeles. Herrera quitó a Dos Santos y a Peralta echando todas las cartas al 0-1 final y los de Van Gaal se adueñaron por completo del partido. El asedio comenzó con un cabezazo a bocajarro de De Vrij y un mano a mano de Robben que se estrellaron en Ochoa, otra vez dando un clínic de reflejos. Pero a falta de tres minutos, el sueño de México se vino abajo. A la salida de un córner, Huntelaar asistió con la cabeza desde el segundo palo para que Sneijder, completamente solo en el punto de penalti, empalara el 1-1. Ya en el descuento, Márquez trabó a Robben y Huntelaar anotaría un penalti algo dudoso. Holanda está en cuartos. México eliminada por tres minutos. Y España lleva ya una semana de vacaciones. El fútbol es inexplicable.






