Pérdida de categoría
En cualquier caso, entiendo, sin evaluar el grado de su alcance, que Sánchez ha sido más enemigo para Muñoz que Sanz y que, el eficacísimo exalcalde de Tomares, sin hacer un chiste, puede estar ahora jartándose de reír viendo quién es el nuevo dueño de la corona hispalenses
En la penúltima jornada de Liga, donde se jugaban los segundazos y la bajada a los infiernos, el socialismo hispalense nos sorprendió perdiendo su categoría, la que ha mantenido durante el escaso tiempo que no la cedió a partidos del centro derecha. A un tipo ... como Muñoz, que da talla de alcalde y genera simpatías transversales para seguir siendo el administrador de la capital de provincias con mayor rango en su partido, la famosa joya de la corona socialista, encajó un gol por debajo de las piernas en el último minuto, en un encuentro, a priori, muy equilibrado. Desmoralización total sobre el terreno de juego, pancartas desmochadas, banderas plegadas, miradas desamparadas al cielo y pensamientos bien guardados tras los barrotes del pecho militante para justificar, en la intimidad del vestuario, las causas de una derrota. ¿Responde a un final de ciclo socialista? ¿La explicaría el grave daño del final de campaña firmado por el gran jefe Sánchez, desde la inclusión en las listas de batasunos hasta los apoteósicos casos de Mojácar y Maracena? ¿Hay un desplazamiento del voto al centro derecha? Gad3 no está especializada en hacer malos números. Todo lo contrario. Y esa firma demoscópica auguraba ayer una perdida de un millón de votos socialistas en estos comicios en toda España…
Se asegura que el voto municipalista es muy de camiseta y de mensajes directos: limpieza, tráfico, seguridad, áreas verdes. En cualquier caso, entiendo, sin evaluar el grado de su alcance, que Sánchez ha sido más enemigo para Muñoz que Sanz y que, el eficacísimo exalcalde de Tomares, sin hacer un chiste, puede estar ahora jartándose de reír viendo quién es el nuevo dueño de la corona hispalenses. Hoy viaja a nuestra ciudad uno de los máximo jerarcas de la Nasa. Y lo que pudiera traer en el maletín para tratar con un alcalde consolidado en su puesto, tendrá que quedarse, exclusivamente, en un encuentro protocolario y en un vuelva usted mañana que aquí ya manda otro.
Si la noche no altera la tendencia con un 80% del voto escrutado, el resultado de Sanz podría darle la posibilidad de gobernar sin necesidad de pactar con Vox, al ser la lista más votada. Algo que siempre, antes de estas elecciones, se daba de obligado cumplimiento para que el aspirante popular pudiera quedarse con la vara de mando municipal y con la dorada de La Hiniesta. Pero la realidad es que el segundazo de Muñoz es inapelable, ayudado por su gran jefe y por la izquierda atónita, dispersa, antisistema y lejana al imaginario de necesidades de la gente a la que tanto invocan y no acaban de convencer. Pese a todo, en la sede del PP en la capital, la prudencia se situó siempre por encima de la euforia. El champán estaba en la nevera. Pero la hora de descorcharlo tenía que esperar. Lo que es incontrovertible es lo que pregona el histórico de las victorias del centro derecha anunciando los cambios que vienen. Pasó con Rojas Marcos y Soledad cuando ganando Sevilla anunciaban un cambio en el signo de la política nacional. Y lo mismo ocurrió con el baño de Zoido. Contra el escepticismo abonado en algunas huertas del PP respecto a la campaña de Sanz, la realidad, los números, le dan la razón al hombre que se apoyó para subir a primera división en las redes, en gastar suelas de zapatos por los barrios y en envolverse en la bandera benéfica de Juanma Moreno. Así mandó a segunda a todo un buen político machacado por la pizarra diabólica de don Pedro. ¿Seguirá en la oposición? Eso dependerá del filo de las navajas que brillen al doliente amanecer del socialismo local y andaluz.
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