Sevilla ya no es socialista
La debilidad del Ayuntamiento socialista era la gestión básica, aquello en lo que no se puede fallar
Sevilla ha votado un cambio de gobierno en el Ayuntamiento de Sevilla, al confiar su voto mayoritariamente al candidato del PP José Luis Sanz. Y por mucho que algunos análisis de la jornada insistan en que la clave está en la dimensión nacional que ha ... tenido la campaña, las urnas han ratificado lo que decían las encuestas, no ya en cuanto a intención de voto, sino en el diagnóstico que los sevillanos hacían de la ciudad. El alto porcentaje de ciudadanos que señalaban a la limpieza y el tráfico, muy por encima del paro, como los principales problemas de Sevilla ya apuntaba que la debilidad del Ayuntamiento socialista era la gestión básica, aquello en lo que no se puede fallar.
El aval de Sanz como alcalde de Tomares, a pesar de no ser un candidato de alta popularidad, con su larga 'campaña' de seiscientos días le ha servido para ganar Sevilla, recuperando al partido de aquella debacle de 2019 que marcó su suelo electoral con 8 ediles para entregarle ahora la que era Alcaldía más importante socialistas en España, todo un símbolo.
Si a eso se une el voto de castigo al sanchismo en particular y al PSOE en su labor de oposición en Andalucía, que ha ampliado el eco de la no muy lejana mayoría absoluta de Juanma Moreno –muy activo en la campaña sevillana-, hay suficientes claves internas y externas para explicar este resultado.
El PSOE desconfiaba de la ruptura de la coalición a su izquierda que como era previsible ha supuesto una sangría de votos achacable también al desgate de la marca Podemos, pero no puede evitar la autocrítica cuando tras esta noche despierte mañana sabiendo que se cae un mito, como hace un año se cayó en el territorio andaluz: Sevilla ya no es socialista.
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