La paz
Lo que te atraía era la paz de un cuarto, con una mesa con brasero, un flexo, muchos papeles y útiles de escritura
Con las prisas que casi siempre llevan los veintitantos años, pasabas por la acera junto a su ventana y te parabas, porque, si era este tiempo y era media mañana o media tarde, estaría allí, sentado en su sillón, con la falda de camilla por ...
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