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EL RECUADRO

El pundonor de Ostos

Se fue para el «sobrecogedor» crítico y le dijo: «Tengo el gusto de brindarle este toro al trincón más grande que hubo»

Antonio Burgos

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Lo conocí en vísperas de su alternativa, que se la dio Antonio Ordóñez, con Litri como testigo, en la feria del Pilar de Zaragoza el 13 de octubre de 1956. Creo que lo llevaba entonces Miguel Moreno como apoderado. Quien en las semanas anteriores a ... la alternativa lo concentró en el Hotel Oromana de Alcalá, justo donde lo hacía el Sevilla F.C. antes de los partidos. Mi padre llevaba entonces en arrendamiento el hotel y yo de niño, pasaba allí temporadas. Ostos se dedicaba a correr por los pinares, a entrenarse toreando de salón en el campo de tiro al plato. Yo le hice más de una vez un torito, embistiendo a aquella muleta prodigiosa montada con el estoque de los milagros que tiraba a los toros patas arriba fulminantemente. Y ya le vi su poderío al ecijano. Era una torre más de Écija, una torre de entrega a su afición, de carácter fuerte, de vergüenza torera, de pundonor.

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